Iglesia negra de Budir. Islandia en invierno.

Islandia en invierno

Inicio > Europa > Islandia > Islandia en invierno

Islandia en invierno era un sueño que teníamos desde que visitamos el país unos años antes. Tanto nos había gustado a final del verano del 2018, que nos prometimos volver a Islandia un invierno, para conocerla con unos paisajes completamente diferentes y, porque no, para intentar ver auroras boreales y las cuevas de hielo.

Desde ya, digo, que somos la pareja más gafe del mundo mundial y no tuvimos suerte ni con las auroras ni con las cuevas de hielo. Con lo primero, porque la Naturaleza es la que manda y, a pesar de viajar en la temporada adecuada para verlas, no hubo ninguna los días que estuvimos en las zonas por las que íbamos pasando. Y lo segundo, fue por obra y gracia de la COVID, ya que el día anterior al tour privado que habíamos contratado, nos lo cancelaron, porque el guía acababa de dar positivo y les había sido imposible encontrar otro.

El «capricho» del viaje se fue al traste y todas nuestras ilusiones de hacer unas fotos increíbles en las cuevas y el glaciar, se quedaron en el aire. Hay que pensar que las cosas ocurren por algo y que si pasó eso, a lo mejor es porque tiene que haber una tercera vez en Islandia, ¿por qué no?

Clima en Islandia en invierno

A pesar de lo que pudiera parecer, el clima en Islandia en invierno no es tan frio como le correspondería por su ubicación ya que la corriente del Golfo hace que goce de temperaturas más benévolas. Dicha corriente hace que Islandia tenga un clima oceánico, con veranos templados e inviernos suaves. En verano, la temperatura media está entre 12-14ºC, no siendo habitual temperaturas superiores a 20-25ºC, mientras que, en invierno, que va aproximadamente de octubre a abril, la media ronda los 0ºC en las partes bajas y los -10ºC en las tierras altas. El problema en Islandia muchas veces es el viento que sacude con bastante frecuencia la isla, y eso hace que la sensación térmica puede resultar considerablemente menor.

En invierno, las horas de luz se reducen enormemente, llegando a tener tan solo cuatro horas de luz solar en los meses de diciembre y enero. Lo que podría llegar a ser una desventaja, se convierte en todo lo contrario en Islandia en invierno, ya que estos meses fríos son la mejor época para ver la aurora boreal, así como también para adentrarse en las cuevas de hielo que se forman y que se pueden visitar con algunos tours organizados. Es una actividad muy interesante, sobre todo porque sólo se pueden ver en Alaska, Islandia y nueva Zelanda durante el invierno.

Otra de las características del clima en Islandia, es que es muy variable y puede ser muy diferente al cabo del día. Si no te gusta el clima en un momento dado, no hay nada más que esperar un rato, porque posiblemente, haya cambiado. Este clima cambiante se debe al choque constante de masas de aire frío y seco procedentes de Groenlandia, con las corrientes tropicales de aire húmedo y caliente.

Conducir en Islandia en invierno

Para recorrer Islandia en invierno, optamos por alquilar un Dacia Duster todoterreno, que recogimos directamente en las oficinas del aeropuerto. Fue el mismo modelo que ya tuvimos en el primer viaje, en el que nos dio muy buenos resultados, ya que aparte de conducir por la ring road, lo pudimos usar sin ningún problema para hacer un par de excursiones a las tierras altas.

En invierno aconsejamos si o si, que el coche sea un 4×4 o todoterreno, tanto por cuestión de seguridad como de tranquilidad. Hay que decir que, en Islandia, entre el 1 noviembre y el 14 abril, se pueden usar, ya que no son obligatorios, los neumáticos de invierno. Lo que sí es obligatorio, es que la profundidad del dibujo de los neumáticos, sea de al menos 3 mms. Los neumáticos de clavos están permitidos, con un límite de velocidad de 90 km/h. Las empresas de alquiler suelen proporcionar neumáticos de invierno, pero es conveniente asegurarse al recoger el coche.

Conducir por Islandia en invierno puede ser toda una incertidumbre, ya que puedes pasar en cuestión de minutos o de kilómetros, de una carretera totalmente despejada a, de repente, una nevada copiosa con vientos huracanados. Por tanto, es IMPRESCINDIBLE, que todos los días antes de salir en ruta, y varias veces durante el día, se vayan consultando las previsiones meteorológicas. Aquí os dejamos varias webs para consultar:

Aunque a priori no nos lo pudiera parecer, el factor más determinante para la conducción en Islandia en invierno, más que la nieve, es el viento, ya que éste aumentará y condicionará el resto de las condiciones de la conducción. Empujará el coche sobre carreteras con poca adherencia o acumulará nieve sobre uno de los lados.

La nieve, aunque puede ser temida en un principio, sobre todo si no se está acostumbrado a ella, no suele plantear tantos problemas, sobre todo en las carreteras principales. Las máquinas quitanieves circulan constantemente, por lo que las calzadas están razonablemente limpias, aunque eso pueda significar que no estén despejadas del todo, pero si aptas para la circulación. Es bastante habitual que haya que conducir el coche sobre una calzada cubierta de nieve dura, pero que eso no plantee ningún problema con las ruedas de invierno, siempre que se tengan las precauciones adecuadas, sobre todo en cuanto a la velocidad y a la distancia de seguridad, ya que la frenada es mayor al haber menos adherencia.

Si hay nieve virgen, hay que tener cuidado, porque es posible que al andar sobre ella el coche pierda la tracción y se quede bloqueado. Si la nieve se está deshaciendo, lo que suele pasar en días con temperatura alrededor de 0ºC, se forma una pasta muy resbaladiza y peligrosa ya que sobre ella, los neumáticos de invierno no funcionan muy bien. Por último, si la cantidad de nieve es muy abundante, ésta puede ocultar los límites reales de la carretera y dar sensación de que es más grande de lo que realmente es, por lo que hay que intentar evitar circular sobre nieve que no haya sido pisada antes por ningún otro vehículo, ya que a veces hay hoyos profundos, completamente cubiertos, que si son pisados, serán una trampa de la que ya será tarde salir.

El hielo tampoco debería ser un problema muy importante con las ruedas de invierno si se extreman las precauciones, sobre todo si ha habido varios días de temperaturas extremadamente bajas, ya que puede haber una capa de hielo muy dura sobre la que, los tacos de los neumáticos no sean muy efectivos. Tener cuidado también en las bajadas, en las que habrá que evitar frenadas. Es importante recordar siempre, antes de bajar del coche, ponernos crampones en caso de haber aparcado sobre hielo.

Conducir con un sol radiante podría ser el sueño de cualquier viajero de Islandia en invierno, pero a veces, si el sol está de frente y la carretera nevada o helada, el reflejo puede complicar bastante la ruta.

En el improbable caso de encontrar niebla, hay que ser extremadamente prudente y sobre todo, no detenerse en la calzada, porque lo más seguro es que se acabe provocando un accidente.

Una de las condiciones más temidas es encontrarse con un temporal repentino, que en cuestión de muy poco tiempo empiece a arreciar la nieve, el agua o el granizo, dificultando enormemente la visibilidad y dejándonos bloqueados.

Por lo que podéis ver, la conducción en Islandia en invierno puede verse complicada por múltiples factores. Por ello, insistimos en la importancia de consultar frecuentemente las diferentes webs. Y, sobre todo, que prime el sentido común, ya que con lo rápido que cambia el tiempo, es posible que determinadas circunstancias puedan todavía no verse reflejadas en los mapas.

En cuanto a las webs que informan del estado de las carreteras, todas usan el mismo código de colores, por lo que es importante que estéis familiarizados con ellos:

  • Verde: Conducción fácil. Al menos un carril libre de hielo o nieve y buena adherencia.
  • Naranja: Superficie deslizante, con un máximo de un 20% de la calzada cubierta de hielo o nieve compacta. No debería ser problema con las ruedas de invierno.
  • Azul claro: Resbaladizo, superficie deslizante, con más del 20% de la carretera cubierta de hielo o nieve compactada.
  • Azul oscuro: Extremadamente resbaladizo, con hielo negro, o al menos un 20% de la superficie cubierta por hielo o nieve húmedos. Hay que conducir muy despacio y aumentar la distancia de seguridad. Suele ocurrir después de varios días de frio extremo o si las temperaturas suben alrededor de los 0ºC. Puede dar la sensación de conducir sobre una pista de patinaje, y si, además hay viento, la situación puede ser complicada.
  • Blanco: Nieve o nieve húmeda. Carretera completamente cubierta con una capa de hasta 10 centímetros de hielo o nieve. Normalmente no supondrá ningún problema teniendo precauciones. La carretera generalmente se quedará con un sólo carril de tránsito y dos marcas de rodadas. Se circulará por el lado que mejor esté y, si es por el carril contrario y viene alguien de frente, al ir despacio, habrá tiempo de sobra para volver al carril propio, eso sí, teniendo cuidado al rodar sobre nieve sin pisar.
  • Rosa: Conducción complicada. Carretera completamente cubierta con una capa de entre 20 y 30 centímetros de nieve suelta o poco compactada. Poca seguridad para la conducción, excepto para los coches con tracción a las cuatro ruedas.
  • Negro: Condiciones difíciles. Carretera cubierta por más de 20 cm. de nieve y/o con posibles amontonamientos de nieve. Condiciones inseguras excepto para jeeps y vehículos grandes.
  • Rojo: Infranqueable o cerrada. Carretera con capa de nieve que impide la circulación con vehículos normales. No tienen monitorización invernal y una vez que cae la primera nevada, se cierran hasta la siguiente temporada. Si está infranqueable, la señal es roja, y si está cerrada, además de roja aparecerá una señal de prohibida la circulación.
  • Gris: Si está en una carretera principal, aparecerá también un símbolo de interrogación. Eso significa que todavía no se ha podido comprobar el estado de la carretera. Por contra, si es una ruta secundaria, significa que no hay monitorización periódica del estado de la carretera. Normalmente son carreteras muy cortas o muy poco transitadas, como los accesos a granjas.

Como es de suponer, en invierno la carretera principal, ruta 1 o ring road, permanece abierta, salvo momentos o días puntuales que por cuestiones climatológicas hay que cortarla. La retirada de nieve se lleva a cabo con bastante rapidez y efectividad, pero algunos tramos pueden permanecer cerrados durante periodos cortos si cae una nevada importante.

Conducir en Islandia en invierno

Por contra, las F- roads, las que llevan al interior de la isla, a las zonas más salvajes, permanecen cerradas, por lo que lo de ir a las Tierras Altas y hacer trekking por sus maravillosas montañas y paisajes solitarios, como Askja y Landmannalaugar, hay que dejarlo para el verano. Normalmente las F- Roads sólo abren de junio a septiembre.

Por suerte, la gran mayoría de sitios de interés turístico, están al pie o muy cerca de la Ring Road, por lo que se pueden visitar sin ningún problema. Sabiendo todo esto por delante, sólo queda planificar la ruta.

Auroras boreales

Las auroras boreales son uno de los espectáculos de la naturaleza más sorprendentes. Se producen tras el choque de partículas solares con los campos magnéticos de la tierra. Cuando éstas entran en contacto con la atmósfera generan muchísima energía que se transforma en haces de luz, las auroras boreales. El fenómeno siempre se produce en lugares cercanos a los polos, en este caso, el Polo Norte. Si se produce en el extremo sur del planeta, se verán auroras australes.

En la mayoría de las ocasiones, el color que predomina es el verde, pero también pueden ser de tonos azulados, rojizos o violetas. La duración es variable, desde muy breves, de apenas unos minutos, hasta de varias horas.

Ver auroras boreales no es sencillo y han de cumplirse varias condiciones para que sea visible, algunas de ellas, diríamos que imprescindibles:

  • Índice Kp alto: El índice Kp indica el nivel de potencia de la aurora, por lo que cuanto mayor sea más posibilidades habrá de verla. El índice empieza en 0 y a medida que aumenta la fuerza geomagnética (aurora polar), también aumenta el Kp, hasta llegar a 9.
  • Cielo despejado: De nada vale tener un índice Kp alto si el cielo está cubierto de nubes y no se va a poder ver la aurora.
  • Oscuridad: Por norma general, cuanta más oscuridad haya, mejor se podrán ver las auroras.
  • Poca luz artificial: Hay que intentar huir de las zonas iluminadas, pero eso no implica que incluso en las zonas habitadas se vean las auroras boreales.
  • Mirar hacia el Norte: Por algo se llaman northern lights, porque generalmente salen por el norte, aunque no siempre es así.

Hay varias aplicaciones para el móvil que nos pueden ayudar a encontrar auroras boreales. Una de las más completas es My Aurora Forecast, que te muestra:

  • Índice Kp,
  • Te proporciona un mapa con el cielo de Islandia en las siguientes horas.
  • Mapa interactivo para ver el movimiento de las auroras boreales y los grados de intensidad.
  • Probabilidad de verlas en tu ubicación actual en función de las nubes y del índice Kp.
  • Mejores ubicaciones para ver las auroras boreales.
  • Mapa de tormentas solares.
  • Alertas y notificaciones.

Otra app muy usada es Aurora Forecast, que predice en tiempo real la actividad geomagnética y la probabilidad de ver auroras boreales. Se basa en la predicción según tu geolocalización e índice Kp. Para que te envíe alertas al móvil hay que comprar la extensión de pago.

Otra aplicación muy útil es la de Vedur, que es la mejor para el pronóstico del tiempo en Islandia. Muy buena para saber qué zonas del país estarán cubiertas de nubes ya que, como hemos dicho antes, por muy alta que sea la predicción de auroras, si el cielo está cubierto, no va a valer de nada. También tiene predicción de auroras, pero este servicio solo está disponible a través de la web aquí.

Como hemos dicho al principio, nosotros no conseguimos ver ninguna los días que estuvimos en Islandia. Cuestión de mala suerte, los cielos siempre estuvieron nublados por las noches durante el viaje y el índice Kp tampoco era muy elevado.¡ Otra vez será!.

Foto de  Michiel Dros. iStock
Foto de Michiel Dros. iStock

Nosotros no lo hicimos, pero existe la posibilidad de contratar un tour de auroras boreales. Normalmente salen desde Reikiavik, y tienen una duración de unas cuatro horas. Muchas de esas excursiones, si no se ven auroras el día contratado, te dan una segunda oportunidad al día siguiente. Civitatis ofrece varios tours, algunos combinados con otras actividades.

Que llevar en la maleta

Ropa para viajar a Islandia en invierno

Si alguien se pregunta si pasamos frio durante el viaje a Islandia en invierno, le diremos que no. Eso si, íbamos muy bien equipados y usamos el método de vestirnos por capas. Como primera capa, mallas y camisetas térmicas. Segunda capa, pantalón de montaña y polar o jersey de lana. Y tercera capa, abrigo cortaviento impermeable. El problema en Islandia, más que el frio, es el viento, que puede hacer bajar la sensación térmica muchísimo.

A modo de resumen, esto es lo que aconsejamos llevar:

  • Ropa térmica (pantalones y camisetas, lana merina).
  • Polares o jersey de lana. En nuestro caso, llevamos además de polares, un jersey de lana islandesa que compramos en el anterior viaje y que se convirtió en mi «uniforme».
  • Abrigo impermeable cortaviento.
  • Gorro.
  • Braga para el cuello.
  • Calcetines gruesos de lana merino.
  • Pantalón impermeable.
  • Botas impermeables.
  • Guantes impermeables.
  • Bañador.
  • Crampones.
  • Gafas de sol.
  • Crema solar y protector labial.

Comida

Comer de restaurante en Islandia es muy caro, así que teníamos claro que alquilaríamos alojamientos con cocina siempre que pudiéramos. Así, ahorraríamos bastante dinero al hacernos nuestros propios desayunos y cenas. Para comer, iríamos a sandwich que prepararíamos por las mañanas. Además, muchas veces aunque hubiéramos querido comer al mediodía en algún establecimiento, tampoco hubiéramos podido, porque según en que zonas, directamente no hay ninguno. Eso si, en las gasolineras vendían noodles de los de preparar al momento con agua hirviendo, que te proporcionaban allí, y en alguna ocasión vimos a gente que comía así.

Hay que decir, que aunque llevamos bastante comida desde España, fue menos que en el primer viaje, ya que la comida en los supermercados, aunque es algo más cara, es asequible. Llevamos sobre todo embutidos, latas de conserva y pasta.

Compramos en Bonus, Kronan y Nétto, dependiendo de la zona donde estuviéramos.

Cena en Islandia. Islandia en invierno
Una de nuestras cenas.

Tecnología

  • Como adictos a la fotografía, llevamos 2 cámaras réflex con sus respectivos objetivos, filtros y disparadores.
  • Trípode.
  • Baterías extras para las cámaras. El frio acorta la vida útil de las baterías, así que llevamos varias de repuesto.
  • Power bank. Hay que intentar no quedarse sin batería en el móvil.
  • Móviles.
  • Adaptador para el coche. Nosotros aprovechábamos para ir recargando los aparatos durante los trayectos. No todos los coches de alquiler lo tienen.
  • Regleta de varias tomas. Para cargar en los alojamientos todos los aparatos a la vez en el mismo enchufe, en el caso de que sólo haya uno.
  • Dron, en nuestro caso uno muy pequeñito, el Mavic Mini I. Pedimos los permisos correspondientes para poder volarlo en determinadas zonas.

Precauciones y recomendaciones generales

  • Nuestra primera recomendación ya la hemos dicho más arriba es, la de conducir un coche 4 x 4 o todoterreno. Si bien es cierto que las F-roads van a estar cerradas en invierno, no son pocas las carreteras donde una buena tracción va a ser importante, ya que hay zonas sin asfaltar, con socavones y placas de hielo. Es cierto que el alquiler es más caro, pero pensamos que la seguridad prima sobre eso.
  • Imprescindible consultar las aplicaciones que hemos puesto arriba sobre el clima y el estado de las carreteras.
  • Descargar la aplicación 112 iceland.
  • En caso de necesitar información, llamar al 1777. Durante el invierno, este teléfono funciona de 6:30 a 22:00 (en verano funciona de 8:00 a 16:00). Información en inglés.
  • Repostar gasolina siempre que se pueda. Las gasolineras no es que precisamente abunden en Islandia y a veces están separadas por distancias muy grandes. Conviene saber que, además, muchas son de autoservicio y las que no, suelen cerrar pronto en invierno, por lo que se hace imprescindible llevar tarjeta de crédito para pagar. De hecho, todo se puede pagar con tarjeta de crédito en este país.
  • Llevar un mapa detallado de las carreteras de Islandia, impreso, por si te quedas sin conexión o sin batería en el móvil.
  • Respetad los límites de velocidad, 90km/h en carreteras asfaltadas y 80 km/h en las que no. En Islandia en invierno, muchas veces hay que ir muy por debajo de esos límites.
  • Muchísimo cuidado al conducir con viento. Las ráfagas pueden ser muy fuertes, lo que puede dificultar bastante la conducción. Y sobre todo, mucho cuidado al abrir las puertas, porque es bastante habitual que el viento llegue a romperlas. Por contar una anécdota, en el que iba a ser nuestro último día en Islandia, camino al aeropuerto para devolver el coche, nos detuvimos hasta en 3 ocasiones a repostar y nos fue imposible abrir las puertas de do fuerte que venía el aire.
  • Prestad siempre atención a la carretera, puesto que es posible que se crucen animales (caballos, ovejas, renos..).
  • Llevar siempre las luces encendidas.
  • Los paisajes son preciosos y dan ganas de pararse a cada momento a hacer fotografías. En el caso de querer detener el coche, tened mucho cuidado donde lo hacéis, que prime vuestra seguridad y la del resto de coches.
  • Tener siempre un plan B por si el tiempo empeora y no se puede llevar a cabo la ruta planeada en un principio.
  • En el caso de quedarse bloqueado con el coche: Si es en una carretera con tráfico, lo normal es que el resto de conductores paren para ofrecer ayuda. Si no hay tráfico, contacta con emergencias antes de que la situación empeore. Si no hay nadie alrededor, no salgas nunca del coche a no ser que veas un edificio o un sitio donde estés absolutamente seguro de que hay alguien y vas a poder entrar. Es mucho más seguro permanecer en el interior del vehículo, al resguardo del frio y del viento, hasta que llegue la ayuda, que salir a la intemperie, sobre todo si te has quedado tirado en medio de un temporal.
  • Llevar siempre comida y agua en el coche por si os quedáis tirados.
  • Por supuesto, ropa de abrigo dentro del coche, no en el maletero.
  • Llevar una rasqueta y una pala en el coche para limpiar y quitar nieve.
  • Aprovechar al máximo las horas de luz. En diciembre y enero apenas hay 4 horas de luz al día, así que hay que intentar sacar el mayor provecho posible.
  • Que prime el sentido común a la hora de conducir.

Salud

No olvidar la tarjeta sanitaria europea. Eso da derecho a recibir, en caso de necesidad, asistencia sanitaria en las mismas condiciones que un islandés. Se pide por internet y en unos días llega a casa. Eso si, caduca a los dos años, así que hay que estar atento para renovarla.

No hay ninguna vacuna obligatoria para entrar al país.

A pesar de ello, nosotros siempre contratamos un seguro de viaje con IATI, que nos cubre repatriación y varias cláusulas más que para nosotros son importantes en cualquier viaje al extranjero.

Documentación

  • Para los españoles es suficiente con el DNI o pasaporte en vigor mínimo tres meses.
  • Los españoles podemos conducir sin problemas con nuestro permiso de conducir español, que será válido durante un año de la entrada a Islandia.
  • Algunas compañías de alquiler de vehículos, requieren que el carné de conducir tenga más de un año. Es decir, que no aceptan a conductores noveles. Además, según el tipo de vehículo, se pide una edad mínima. Para los turismos, esta suele ser de 20 años, pero para las autocaravanas es normal que sean, al menos, 25 años. Por tanto, es conveniente consultarles con antelación.

    Información Covid 19: Desde el 25 de febrero de 2022, Islandia ha eliminado todas las restricciones de entrada basadas en la COVID 19. Ya no es preciso cumplimentar ningún registro de entrada ni presentar ningún certificado a la llegada o antes de embarcar.

    Nuestro tour por Islandia en invierno

    La vez anterior estuvimos algo más de dos semanas, pero esta vez no contábamos más que con 9 días completos, así que como lo nuestro no son las prisas a la hora de viajar y solemos pasar bastante tiempo haciendo fotos, decidimos recorrer sólo parte del país. Además no queríamos arriesgarnos a quedarnos tirados en la zona norte debido a la mala climatología, aunque nunca se sabe donde puede caer la nevada del siglo y lo mismo te puedes encontrar bloqueado en otro lugar. Es lo que tiene viajar a Islandia en invierno, que el clima puede cambiar en cuestión de minutos, aunque las previsiones meteorológicas suelen ser bastante acertadas.

    Así que nuestro plan fue subir primero a la península de Snaefellsnes, para después bajar y hacer el círculo dorado y conducir por la Ring Road hasta Stokksnes, y de nuevo, volver hacia la capital, haciendo paradas intermedias. No nos planteamos ir a los fiordos del Oeste, una de las zonas de las que salimos enamorados en el primer viaje, porque no teníamos tiempo suficiente, pero debe ser un experiencia preciosa explorar estos maravillosos paisajes en invierno, con todo absolutamente nevado y sin nadie alrededor, porque si ya en verano son muy pocos los turistas se acercan hasta ellos, en invierno, apenas va nadie.

    El paisaje en verano es espectacular, con distintas tonalidades de verdes, algunas de las cuales no hemos visto más que en Islandia, pero en el invierno no se queda atrás y parece una postal, con paisajes nevados que parecen sacados de un cuento y con una luz preciosa para hacer fotos.

    Muchos de los sitios que visitamos esta vez, ya los conocíamos del primer viaje, y tan sólo teníamos un puñado de sitios nuevos que queríamos visitar.

    Islandia en Invierno – ruta día 1

    Nuestro viaje comenzó llegando a Reikiavik poco después de la hora de comer. Tras recoger el coche alquilado, en la misma compañía que en el primer viaje, BlueCars, pusimos rumbo al norte, para ir ganando kilómetros y que el día siguiente fuera un poco más «relajado».

    De golpe y porrazo, nada más llegar al país, nos encontramos con paisajes cubiertos de nieve. Tenía muy buena pinta este comienzo del viaje.

    Tras poco más de hora y media de camino hacia la península de Snaefellsnes, llegamos al Hotel Hafnarfjall, muy cerca de Borgarnes, dónde dormimos la primera noche y que buscamos a través de booking. Una sencilla, pero coqueta, cabaña de madera con todo lo necesario para pasar una noche cómoda de descanso.

    Islandia en invierno – día 2

    Al día siguiente, después de un buen desayuno, nos pusimos rumbo en carretera. No tardamos mucho en parar a comprar en un Bonus y a echar gasolina.

    De nuevo en marcha, pusimos rumbo hacia nuestro primer destino, la Iglesia negra de Budir. Todo a su alrededor era hielo puro, así que nos pusimos los crampones y, con mucho cuidado, comenzamos a tomar fotografías. Si en verano es una preciosidad, ya que está situada en un entorno precioso, en invierno no lo es menos.

    Iglesia negra de Budir. Islandia en invierno.

    Proseguimos camino hacia otro de nuestros sitios preferidos de Islandia, la cascada de Kirkjufell.

    Pues bien, llegamos hasta el parking, pero no pudimos llegar a la cascada. Si que pudimos salir del coche, pero el viento que azotaba la zona era tan fuerte, que fuimos incapaces de avanzar por el camino que lleva a Kirkjufell. Nuestro gozo en un pozo, pero es que de verdad que nos fue imposible, a nosotros y al resto de personas que estaban también allí. El viento impedía avanzar, nos tiraba al suelo o nos arrastraba hacia atrás con fuerza. Una verdadera pena, pena tuvimos que volver al coche e irnos de allí. Viajar a Islandia en invierno, supone, que no todos los planes van a seguir según lo previsto, pero bueno, había que continuar.

    Todavía quedaba camino que recorrer antes de llegar al alojamiento de esa noche, así que pusimos rumbo al sur y tras unos cuantos kilómetros, llegamos al Sula Guesthouse, un complejo con cabañas desde donde exploraríamos la zona del Círculo Dorado.

    Islandia en invierno – día 3

    Al día siguiente cuando nos despertamos, vimos que había caído una buena capa de nieve, pero gracias a Dios, no tuvimos problemas para sacar el coche a la carretera principal.

    Nuestro primer destino del día era Gullfoss, la cascada con forma de porción de pizza. La carretera, aunque había nevado bastante, estaba en buenas condiciones.

    Cascada de Gullfoss. Islandia en invierno.

    Como estamos en Islandia, el clima cambió varias veces mientras estábamos allí, y tan pronto hacía sol como que el cielo se cubría y empezaba a nevar. De hecho, nos fuimos de allí porque empezó a nevar de manera bastante fuerte y teníamos miedo de quedarnos atascados. Menos mal, pero enseguida despejó de nuevo y pudimos continuar hasta nuestro siguiente destino. ¡Islandia en invierno es así!.

    Nuestra siguiente parada fue en Geysir, para ver de nuevo al gran coloso.

    Geysir. Islandia en invierno

    Tras un rato por la zona, continuamos camino, hasta llegar al aparcamiento de Faxafoss. Hay que pagar el equivalente a casi 5 euros. Ya que empezaba a nevar de nuevo, decidimos «rentabilizar» el pago y aprovechamos para comernos unos bocatas dentro del coche y a permanecer dentro hasta que mejoró el tiempo. No pasó muchos minutos hasta que de nuevo salió un poco el sol, así que salimos del coche y para la cascada que nos fuimos.

    Esta cascada era uno de los sitios nuevos que íbamos a conocer, ya que en el primer viaje, no nos fue posible.

    Cascada de Faxafoss. Islandia en Invierno.
    Cascada de Faxafoss.

    Con sus 80 metros de ancho y 7 de caída, aunque modesta comparada con otras cascadas islandesas, es bastante chula. Las vistas desde las plataformas que hay en la bajada desde el parking, son bastante bonitas y lo mejor de todo, es que aparte de nosotros, sólo había un puñado más de personas viéndola a la vez.

    Una cascada que no quisimos perdernos fue Urridafoss, una de las pequeñas del Círculo Dorado, que en el primer viaje nos había entusiasmado, a pesar de no ser nada espectacular.

    Urridafoss. Islandia en invierno
    Urridafoss en invierno

    Pasamos un buen rato haciendo fotos antes de ponernos en marcha.

    Desde aquí, nos fuimos a otro sitio nuevo para nosotros. La verdad es que hay que ir expresamente, no es como la mayoría de los sitios, que están muy cerca de la Ring Road, sino que hay que desviarse de la carretera principal y recorrer unos cuantos kilómetros, en este caso, con el asfalto cubierto de nieve, aunque pudimos circular con normalidad hasta allí. ¡Viajar a Islandia en invierno nos trajo unas clases gratis de conducción sobre nieve!.

    Reinaba una soledad y un silencio absoluto, rodeado de un paisaje espectacular. Una vez que llegamos, dejamos el coche en un pequeño aparcamiento y seguimos las indicaciones. El sitio era bastante pequeño, menor de lo que esperábamos, pero muy bonito.

    Habíamos llegado a Keldur, de la que dicen que es la aldea de casas césped más antigua del país.

    Keldur. Islandia en invierno

    Había varias casas recubiertas de césped, excepto su parte frontal, que era de madera oscura.

    Pequeño cementerio con las tumbas sobreelevadas y cubiertas de nieve.

    Hay un riachuelo en la entrada de la aldea, con una caseta que da directamente a él. Tras la puerta, hay un túnel que comunica con una de las casas de Keldur y que se usaba durante la Edad Media como escapatoria en caso de ataque enemigo.

    El lugar es muy fotogénico y pasamos un buen rato.

    Seljalandsfoss, una de las cascadas más visitadas de todo el Círculo Dorado, fue nuestra siguiente parada. Esta vez no pasamos por detrás de ella, porque entre que íbamos a acabar mojados y el riesgo de caernos en el hielo, decidimos no arriesgarnos a tener un percance.

    Seljalandsfoss. Islandia en invierno

    Los alrededores estaban preciosos.

    Tras un largo día, llegamos hasta donde íbamos a dormir esa noche, muy cerca de la grandiosa Skógafoss, tan cerca que en 5 minutos llegábamos andando, así que no perdimos el tiempo y para allí que nos fuimos antes de que anocheciera.

    Skógafoos. Islandia en invierno

    Tras un día bastante largo pero productivo, nos fuimos al alojamiento a prepararnos la cena y a descansar, ya que queríamos madrugar y estar en la cascada por la mañana antes de que llegara demasiada gente. Dormimos en el Hotel Skógafoss.

    Islandia en invierno – día 4

    Dicho y hecho, nos levantamos nada más amanecer y antes de desayunar, nos fuimos de nuevo a la cascada. Había nevado durante la noche y de hecho, continuaba nevando, pero como no, enseguida cambió el tiempo y para cuando llegamos al frente de Skógafoss, ya había despejado. ¡El loco clima de Islandia en invierno!

    Aún había poquísima gente, la mayoría eran parejas que habían dormido en el aparcamiento en sus camper.

    Después de un buen desayuno en el apartamento, emprendimos camino hacia las visitas del día.

    Para empezar, nos fuimos al cañón de Fjadrárgljúfur, uno de los más bellos del país. Con sus 2 kilómetros de largo y sus 100 metros de altura, es uno de los sitios que hay que ver si o si en Islandia.

    cañón de Fjadrárgljúfur. Islandia en invierno
    Cañón de Fjadrárgljúfur

    El coche hay que dejarlo abajo, justo donde comienza el sendero. Allí hay baños, aunque en invierno están cerrados. El sendero, de poco mas de 1 kilómetro, te llevará hasta 3 miradores diferentes, desde dónde podrás admirar el cañón desde distintas perspectivas, la vegetación de la zona y las aguas del río Fjadrá.

    La visión desde todos los miradores es muy bonita, pero sobre todo, no hay que perderse el último, ya que aparte del cañón y el río, se pude ver la cascada Mögárfoss, aunque en la foto, apenas se distingue.

    Entre la subida y la bajada y el tiempo para tomar fotos, estuvimos algo más de hora y media.

    Con mucha pena, teníamos que continuar camino, así que, de nuevo en carretera, nos dirigimos hasta el Skeiðará Bridge Monument, ya que desde allí hay unas vistas preciosas del glaciar Skaftafellsjökull.

    Skeiðará Bridge Monument. Islandia en invierno
    Contrastes
    Glaciar Skaftafellsjökull. Islandia en invierno
    Glaciar Skaftafellsjökull

    En la propia ring road, hay zonas donde se puede aparcar para ver un poco más de cerca el glaciar.

    Como de momento, daban buenas previsiones meteorológicas, decidimos hacer una pequeña caminata para acercaros todo lo que pudiéramos. Para ello, aparcamos el coche en el mismo parking que si fuésemos a Svartifoss, pero en vez de caminar hacia el sendero de la izquierda, tomamos el de la derecha. El glaciar parecía que estaba más cerca de lo que realmente estaba en realidad, pero poco a poco nos fuimos aproximando.

    La belleza era increíble. Además estábamos completamente solos.

    Islandia en invierno

    Para acercarnos al frente del glaciar, tuvimos que ir sorteando zonas de hielo y nieve, pero llegamos lo máximo que pudimos sin correr riesgos.

    Aquí fue una de las zona dónde volamos el dron. Debemos decir que teníamos los permisos, ya que los habíamos pedido nada más comenzar a planificar la ruta.

    Tras deshacer el camino andado, volvimos de nuevo al coche, y decidimos irnos ya para el alojamiento de ese día, el Gerdi Guesthouse, situado a los pies del impresionante glaciar Vatnajökull.

    Lo habíamos elegido porque estaba bastante cerca del lago glaciar Jökulsárlón, y en principio, teníamos que estar en el parking a las 11:30 del día siguiente porque teníamos contratado un tour privado a las cuevas de hielo. Pero cosas del destino, nos avisaron de que el guía había dado positivo por Covid y que cancelaban la excursión porque les había sido imposible encontrar otro guía con tan poco tiempo. Uno de los sueños del viaje se fue al garete, una verdadera pena. La empresa era Glacier Travel, una empresa local que nos había gustado mucho con la propuesta de ir nosotros dos solos. No hubo ningún problema en el reembolso del dinero que ya habíamos pagado y ese mismo día hicieron la transferencia.

    Islandia en invierno – día 5

    Como no hay mal que por bien no venga, nos fuimos al lago del glaciar y estuvimos un buen rato fotografiando.

    Si en el primer viaje nos encantó este lugar, esta vez no lo fue menos.

    Lago glaciar Jökulsárlón. Islandia en invierno
    Lago glaciar Jökulsárlón

    Es curioso ver cómo los trozos de hielo van moviéndose poco a poco para terminar en el océano a través de una pequeño canal y, como muchos de ellos, acaban depositados en la playa de arena negra cercana.

    Islandia en ivierno
    Salida de bloques de hielo hacia el mar

    A continuación, nos fuimos al Fjallárlón, otro lago glaciar cercano. Si el que acabábamos de ver era precioso, éste estaba espectacular, de una belleza difícil de creer. Viajar a Islandia en invierno te regala estas maravillas.

    Lago glaciar Fjallárlón. Islandia en invierno

    Las fotos no hacen justicia al lugar. Islandia en invierno es un verdadera preciosidad.

    El día no acompañaba mucho y a veces costaba distinguir el cielo de las montañas nevadas.

    De aquí, fuimos a la Diamond Beach, la playa donde terminan muchos de los trozos de hielo que van saliendo del lago glaciar Jökulsárlón.

    Diamond Beach. Islandia en invierno
    Trozo de hielo en Diamond Beach

    Desde aquí, emprendimos camino hacia lo que era el otro sueño del viaje, Stokksnes. En el camino, paramos al encontrarnos este lugar tan fotogénico. Islandia en invierno nos regala de vez en cuando estampas así de bonitas.

    Tras un trecho más de carretera, por fin llegamos al último destino de hoy, nada más y nada menos que Stokksnes, una playa salvaje, se dice que la más bonita del mundo.

    Si una cosa teníamos clara en este viaje, es que íbamos a intentar fotografiar en condiciones esta playa, ya que en el anterior viaje ni siquiera pudimos entrar porque estaba diluviando y decidimos no comprar el ticket de entrada. Así que para este viaje, reservamos dos noches el alojamiento que está en la entrada, el Vikingcafé, para estar lo más cerca posible. En el lateral del alojamiento, hay una pequeña zona donde sirven los desayunos, muy buenos, y preparan comidas.

    Los visitantes que quieren entrar a la playa, al tener que pasar por un camino privado, han de parar aquí para pagar el ticket de acceso. Nosotros, al estar allí alojados, tuvimos todos los tickets que quisimos.

    Nada mas alojarnos, dejamos las cosas en la habitación y nos fuimos para la playa. Esa primera tarde, estuvo todo el tiempo el cielo cubierto, pero aún así, el paisaje era precioso. Nos encontramos con un grupo de españoles en viaje fotográfico por el país.

    No nos extraña que sea considerada como la playa salvaje más bonita del mundo, porque realmente es impresionante.

    Stokksnes. Islandia en invierno
    Playa salvaje

    Nuestra ilusión era fotografiar Stokksnes con el cielo despejado, pero ese primer día no pudo ser. De todas formas, cuanto más miramos las fotos con el cielo encapotado y con neblina, más nos gustan.

    De nuevo, el día tocaba a su fin, y nos fuimos a descansar al hotel. Esa noche hubo muchísimo viento y un par de parejas que habían estacionado su camper al lado del hotel, no pudieron dormir del ruido y porque no podían abrir su «tienda de campaña» encima del techo.

    Islandia en invierno – día 6

    A la mañana siguiente, tras un copioso desayuno, y dado que el cielo estaba encapotado y no tenía pinta de despejarse pronto, nos fuimos al poblado vikingo que hay al pie de las montañas de Vestrahorn.

    Poblado vikingo en Stokksnes. Islandia en invierno
    Poblado vikingo en Stokksnes

    Y de aquí, de nuevo a la playa, a ver si había suerte con el cielo. Si la tarde anterior el cielo estaba cubierto, hoy lo estaba aún más. No podíamos creer la mala suerte que teníamos, pero aún así, como no teníamos otra que hacer, allí que nos quedamos.

    Recuerdo que una compañera de trabajo me llamó por teléfono y le estaba contando que el cielo estaba muy cubierto y que pensaba que, de nuevo, nos iríamos de aquí sin conseguir ver el cielo azul. Pues, cosas del destino, cinco minutos después empezó a cambiar el tiempo y se iba vislumbrando poco a poco el cielo azul. Una vez más, comprobamos que el clima y viajar a Islandia en invierno es una auténtica lotería.

    Tras media hora de volvernos locos haciendo fotos, tal y como se fueron las nubes, éstas volvieron. Nosotros ya estábamos contentos y con uno de los sueños del viaje, cumplidos. Con el coche, nos fuimos a recorrer un poco los alrededores de la zona, pero ya no hicimos más fotos ese día.

    Islandia en invierno – día 7

    A la mañana siguiente, emprendimos el camino hacia Vik, que es donde teníamos reservado el alojamiento esa noche.

    En el camino, paramos en la iglesia de Hofskirkja, que nos había encantado la primera vez. El tiempo era malísimo y no paraba de llover, pero aún así, nos detuvimos unos minutos. Había hielo por todos los lados, pero es lo que tiene Islandia en invierno. Hay que decir, que esta iglesia nos gustó mucho más en verano.

    Iglesia de Hofskirkja. Islandia en invierno

    Como no paraba de llover, ya no hicimos ninguna parada intermedia hasta llegar a Vik, dónde, por suerte, aunque estaba nublado, no llovía.

    Una vez allí, camino de la playa, nos detuvimos en una bonita iglesia que había, ya casi llegando, en la misma carretera.

    La playa negra de Reynisfjara es una de las más peligrosas, sobre todo en días agitados como el que hacía. Hay carteles para que la gente no se acerque al agua por el peligro de que un golpe de mar se los lleve para dentro.

    La playa negra de Reynisfjara. Islandia en invierno
    Playa de Vik

    Después de estar en la playa, aprovechamos para hacer alguna compra en el pueblo, y nos fuimos a descansar.

    Nuestro apartamento por esta noche fue una cabaña de AirBnB, que estaba bastante cerca de la playa de arena negra.

    Nuestra cabaña en Vik

    Recuerdo que esa noche nos preparamos dos mini tortillas de patata y una lata de sardinas con tomate. ¡Todo un lujo!. Como siempre, nos fuimos a descansar pronto. Y una noche más, sin rastro de auroras boreales.

    Islandia en invierno – día 8

    Ya iban quedando menos días de viaje, así que, queríamos aprovecharlos lo máximo posible. Ese día nos tocaba conocer una cascada nueva para nosotros.

    Para llegar hasta allí, tuvimos que pasar por delante de dos viejas conocidas.

    El paisaje había cambiado bastante en apenas unos días. Es lo que tiene viajar a Islandia en invierno, que el clima puede cambiar rápidamente y lo que hoy está cubierto de nieve, en apenas unos días, ha deshelado.

    Cuando llegamos a Hjalparfoss, el cielo se estaba despejando y la cascadas se veía preciosa. Está formada por dos caídas de agua que se unen en la base formando un gran lago rodeado de formaciones volcánicas. Hay un aparcamiento cercano desde el que se accede a la cascada a través de un sendero. Había que tener mucho cuidado porque parte del camino estaba helado.

     Hjalparfoss. Islandia en invierno
    Hjalparfoss

    Lo bueno de estos sitios apartados, pero relativamente cerca de otras atracciones más espectaculares, es que muchas veces puedes disfrutarlas en completa soledad, o al menos eso es lo que nos ocurrió a nosotros.

    Después de comernos unos sandwich, pusimos rumbo a Bruarfoss, una de las cascadas más bonitas de toda Islandia, al menos para nosotros.

    La vez anterior, llegamos a través de un camino que pertenece a una urbanización. Desde hace relativamente poco tiempo, el paso por allí se ha prohibido y han habilitado otro bordeando el rio. El parking es fácil encontrarlo buscando en google maps. Una vez dejamos el coche, nos pusimos en marcha, pero no llevábamos ni 20 minutos caminando cuando yo pisé un trozo de hielo y hundí mi pie en el agua, calándome uno de los calcetines.

    Camino a Bruarfoss. Islandia en invierno
    Camino a Bruarfoss

    Aún faltaba mucho para llegar a la cascada y el camino no estaba precisamente bien, ya que había hielo por todos los lados, así que decidimos dar la vuelta y regresar al coche. Es uno de los inconvenientes de viajar a Islandia en invierno, que a veces los caminos no están en las condiciones óptimas.

    Las visitas programadas para ese día ya habían terminado, así que nos fuimos a nuestro alojamiento, de nuevo el Sula Guesthouse, esta vez, en otra cabaña diferente, más moderna.

    Islandia en invierno – día 9

    Por la mañana, mientras desayunábamos y recogíamos nuestras cosas, recuerdo que nevó, despejó, salió el sol, volvió a cubrirse y a nevar y ,de nuevo, volvió a salir el sol. Todo ello en poco más de media hora. ¡El clima de Islandia en invierno es una verdadera locura!.

    Tras dejar el alojamiento, comenzamos el que iba a ser nuestro último día de visitas fuera de la capital. Comenzamos pro el cráter Keriô.

    Cráter Keriô. Islandia en invierno

    Cráter Keriô. Islandia en invierno
    Una de las pocas fotos que tenemos juntos.

    A continuación, nos acercamos hasta una eco-aldea, Solheima, donde viven alrededor de 100 personas, aunque no vimos a nadie.

    Mapa de Solheima. Islandia en invierno
    Solheima. Islandia en invierno

    Y, por último, queríamos terminar el día visitando el parque nacional Thingvellir, ya que la vez que estuvimos en el verano, apenas vimos nada. Este lugar es el que mayor relevancia histórica tiene en Islandia, siendo allí donde alrededor del 930 d.C. se fundó el Alpingi, el primer parlamento del mundo, así donde Islandia adoptó el cristianismo en el año 1000 y fue también en Thingvellir, o þingvellir como dicen en islandés, donde nació la República de Islandia el 17 de junio de 1944. Además, también es un lugar importante a nivel geográfico, ya que en él está la fisura de Silfra, donde se separan las placas tectónicas de Norteamérica y Eurasia.

    Una de las vistas imprescindibles aquí son las fisuras que producen por el movimiento de las placas tectónicas, que se separan un centímetro al año. Es posible caminar por la grieta de Almannagjá y maravillarse de las paredes verticales que van marcando el camino.

     Parque nacional Thingvellir. Islandia en invierno
     Parque nacional Thingvellir. Islandia en invierno

    Nos acercamos hasta el mirador, cerca del centro de información turística, desde donde hay un paisaje espectacular.

     Parque nacional Thingvellir. Islandia en invierno
     Parque nacional Thingvellir. Islandia en invierno

    Siguiendo el camino principal, llegamos a una pequeña cascada, poco más que un salto de agua.

     Parque nacional Thingvellir. Islandia en invierno

    Como hay tantas cosas por hacer y ver en el parque, hay paneles informativos.

    Regresamos a por el coche, que lo teníamos en el parking de la zona del edificio principal, y nos fuimos a visitar la parte de abajo. Aquí pudimos ver Thingvallakirkja, la «primera iglesia de Islandia». Aunque la que se ve ahora fue construida de nuevo en 1859, fue en este lugar donde se levantó la primera iglesia en territorio islandés, ya que en el año 1000, tras la cristianización del país, Olaf II el Santo, mandó los materiales para su construcción, e incluso, la campana. Esa primera iglesia no resistió el paso del tiempo y ahora vemos una construida en el mismo lugar.

     Parque nacional Thingvellir. Islandia en invierno

    Muy cerca de aquí, en la fisura de Silfra, se puede hacer snorkel y buceo en el que es considerado uno de los mejores sitios del mundo, que con unos 40 metros de profundidad y debido a la claridad de sus aguas, permite ver las paredes verticales de roca negra.

    Fisura de SIlfra. Islandia en invierno
    Fisura de Silfra

    El precio no es apto para todos los bolsillos, lo estuvimos barajando, pero además no tenemos la especialidad de traje seco, ni un mínimo de 10 inmersiones con él, así que tampoco hubiéramos podido hacer la inmersión. Hay varios requisitos más para poder bucear aquí, así que antes de contratar la excursión y pagar, conviene revisarlos.

    Sabemos que le lugar debe ser espectacular, con más de 100 metros de visibilidad, pero vale alrededor de 225 euros, de ahí para arriba.

    El snorkel cuesta menos, pero aún así, muy caro, alrededor de 140 euros si es sólo esa actividad. Hay tour que organizan el snorkel combinado con la visita de mas lugares. Civitatis, ofrece tours.

    De nuevo, movimos el coche hasta otro aparcamiento, que por cierto, no pudimos pagar porque la máquina no funcionaba, y pusimos rumbo a Öxarárfoss, una bonita cascada que no es ni de las más grandes ni de las más caudalosas, pero en cambio, eso lo compensa con su preciosa ubicación y con el contraste de su agua cristalina con el color negro de las rocas de su alrededor.

    Para llegar a la cascada, hay que seguir un corto camino desde el parking.

     Parque nacional Thingvellir. Islandia en invierno

    No mucho tiempo después, llegamos a la cascada y como no, empezamos a disparar las cámaras.

    Öxararfoss. Islandia en invierno
    Öxararfoss
    Öxararfoss. Islandia en invierno
    Öxararfoss. Islandia en invierno

    Después de pasar gran parte de día en el parque, decidimos ir ya para el alojamiento de esa noche.

    Estábamos al lado de una granja con caballos.

    Con mucha pena, nuestro viaje a Islandia en invierno estaba terminando, ya que al día siguiente regresaríamos a Reikiavik.

    Islandia en invierno – día 10

    La ciudad ya medio la conocíamos del otro viaje, pero aún así ,preferíamos estar el día anterior al vuelo en la capital.

    Básicamente nos dedicamos a callejear y a visitar alguno de los lugares más típicos.

    Harpa. Islandia en invierno
    Sala de Conciertos y Conferencia Harpa
    Iglesia luterana Hallgrimskirja. Islandia en invierno
    Iglesia luterana Hallgrimskirja
    Iglesia luterana Hallgrimskirja. Islandia en invierno
    El viajero del sol. Islandia en invierno
    El viajero del sol
    Lago Tjörnin
    Reikiavik. Islandia en invierno
    Reikiavik. Islandia en invierno

    En esta ocasión, nos alojamos en el Skólavörðustígur Apartments, un enorme apartamento en plena calle central de Reikiavic.

    Apartamento en Reikiavik. Islandia en invierno
    Vistas desde el apartamento

    El final de este viaje a Islandia en invierno, nos deparaba una sorpresa y es que, debido a las condiciones meteorológicas, nos cancelaron el vuelo de vuelta a Barcelona. Ciertamente, había un viento huracanado que hacía imposible que el aeropuerto funcionara con normalidad.

    Aeropuerto Reikiavik. Islandia en invierno

    Nos alojaron en un hotel a medio camino de la capital con la promesa de un vuelo al día siguiente, pero de nuevo, se volvió a cancelar. Nos dijeron que, otra vez, era por el mal tiempo, pero entramos en la página del aeropuerto y éste ya estaba funcionando bien. Todas las personas alojadas en ese hotel exigimos que, al menos, nos trasladaran a otro alojamiento en Reikiavik, y así lo hicieron. Aún hubo un tercer vuelo cancelado, según ellos, por el mismo motivo, por lo que parte de los damnificados, compramos billetes de vuelta por nuestra cuenta y llegamos a España 3 días después de lo previsto.

    Pasados unos días, reclamación a Vueling que les cayó, e indemnización pagada por los dos vuelos cancelados sin razón alguna, ya que los dos vuelos reprogramados se «cancelaron» sin tener ninguno motivo justificado. Tardaron meses en darnos la razón, pero al final se consiguió.

    Y todo esto es lo que os podemos contar de nuestras experiencia de viajar a Islandia en invierno. Habrá rutas mejores o peores, viajes mas largos o más cortos y más o menos sitios por visitar, pero esta fue la ruta que elegimos nosotros.