Cuando empezamos a planear nuestro viaje por Indonesia, una de las cosas que teníamos claro es que queríamos conocer Rantepao, el centro cultural de los Tana Toraja. Nos llamaba mucho la atención sus ritos funerarios, así como la peculiar forma de sus casas.
En el centro de Sulawesi, en medio de un valle, cerca de Rantepao, viven los Toraja. Son poco más de un millón, de los que solo la mitad viven en esta zona. El resto, en el extranjero, aprovechan los meses de julio y agosto para regresar a los funerales y otras ceremonias. Las poblaciones más importantes son Rantepao y Makale.
La inmensa mayoría de los toraja son cristianos protestantes, y un porcentaje bajo, musulmanes, pero todos ellos siguen conservando sus tradiciones paganas. Aproximadamente el 10% mantiene sus creencias animistas. Creen que todo objeto tiene alma, por lo que cuidan y veneran su entorno como una parte fundamental de su vida.

Contenido
Cómo llegar a Rantepao
El camino para llegar a Rantepao, la principal población toraja, no es tan sencillo ni rápido como otros destinos turísticos de Sulawesi. Hay que estar muy convencido para ir, puesto que se necesita bastante tiempo.
La forma más habitual de llegar a Sulawesi para después ver la región toraja, es vía aérea, a Makasar, capital de la isla, ya que éste es uno de los principales aeropuertos del país y desde donde se hace escala para muchos de los destinos internos. Una vez en Makasar, existen varias opciones para desplazarse hasta Rantepao:
–Avión: A fecha de nuestro viaje (septiembre de 2022), había un vuelo semanal desde Makasar a Palopo (TRT), a unos 65 kilómetros de Rantepao, y de unos 55 minutos de duración. Por suerte, pudimos volar, muy de madrugada desde Yakarta a Makasar ( 3 horas ) para después enlazar con este vuelo ( Wings Air). Los dos trayectos nos costaron unos 175 euros por persona. Caro, pero práctico, rápido y más cómodo, sobre todo teniendo en cuenta que el día anterior acabábamos de llegar al país desde España y apenas habíamos dormido.
Una vez en Palopo, en la misma salida del aeropuerto, había taxistas/guías que ofrecían sus servicios. Nosotros contratamos a Rober, que por 225 000 IDR nos llevó a Rantepao en poco más de hora y media. Los precios que había antes de la pandemia pasaron a la historia. Esperamos que, con la vuelta a la normalidad del turismo, los precios vuelvan a ser los de siempre y se amplíe el número de vuelos y, con suerte, también bajen los precios.
-Autobús: La distancia desde Makasar a Rantepao es de unos 325 kilómetros, por una carretera estrecha y sinuosa. Eso da lugar a que el trayecto dure entre 7 y 9 horas. Hay dos horarios, uno alrededor de las 9 de la mañana y otro que sale entre las 8 y las 9 de la noche. Hay varias categorías de buses, desde los normales de 4 asientos por fila, a otro de 3 asientos reclinables y los más «lujosos», con camas tipo literas, que son los recomendables para los trayectos nocturnos (Bintang Prima). El viaje de noche suele durar poco más de 7 horas porque hay bastante menos tráfico que de día. Es la opción más económica y la que usa la mayor parte de los turistas.
-Coche: Si la opción del vuelo no es posible, los horarios del bus no te vienen bien porque hayas llegado a la ciudad después de la salida del bus diurno, y no te apetece esperar horas al de la noche, existe la opción de alquilar un coche con conductor. El precio, obviamente, es más caro, pero también se puede valorar la opción de compartirlo con más gente y así disminuir gastos.
Dónde dormir en Rantepao
Al ser la población más grande de la zona, Rantepao es la que ofrece más posibilidades de alojamiento. La mayoría son casas de familia o pequeños hoteles, pero la calidad suele ser bastante buena. Últimamente se está poniendo de moda alojarse en réplicas de las casas tradicionales, los tongkonan. También hay quien se aloja fuera del pueblo, fuera del barullo y suciedad, porque si, Rantepao muy ordenado y limpio no está.
Nosotros elegimos el Pias Poppies, con habitaciones sencillas pero muy limpias y con una comida espectacular. De hecho, cenamos allí todas las noches. Eso sí, hay que tener muuuucha paciencia o poca hambre cuándo se encarga la comida, porque la rapidez para cocinar no es su fuerte. El resultado, por el contrario, es delicioso, así que nos mereció la pena todas las esperas. Pagamos 2 000 000 IDR por cuatro noches de alojamiento con desayuno y todas las cenas.
Para consultar otros alojamientos, podeis hacerlo en booking.
Datos prácticos sobre Rantepao
–Cajeros automáticos. Hay varios repartidos por el pueblo, donde se puede sacar dinero sin ningún problema y con los límites habituales del resto del país. Nuestras tarjetas funcionaron perfectamente
-Tarjetas de crédito. La mayoría de los establecimientos solo aceptan el pago en metálico, así que hay que tener efectivo en mano. En este viaje usamos Rebellion y Vivid.
–Wifi. Los alojamientos suelen tener wifi, aunque a veces, sí hay mucha gente usándolo a la vez, pues es imposible conectarse.
-Tarjeta telefónica. La nuestra de Telkomsel funcionó sin problema en toda la zona. (350 000 IDR, para un mes, comprada justo en la salida del aeropuerto de Yakarta, a la llegada al país)
-Restaurantes. Hay varios en Rantepao, aunque nosotros solo fuimos al Café Aras y la verdad es que nos gustó la comida. Precio asequible.
-Malaria. Aunque después de anochecer empiezan a aparecer los mosquitos, tampoco te obsesiones demasiado temiendo coger la malaria, puesto que no ha habido ningún caso local desde hace varios años. Aún así ,nosotros puntualmente nos tomamos nuestra pastillita (recomendada en vacunación internacional) y nos echábamos el repelente.
-Carné de conducir. Aunque no te exijan el carné internacional para alquilar la moto, es totalmente recomendable tenerlo. Nunca se sabe cuándo puede haber un accidente y nunca pasa nada hasta que pasa y después es cuando vienen las lamentaciones. Por 10 módicos euros, nos lo sacamos pocos días antes del viaje en Tráfico y dura para todo un año.
-Transporte en Rantepao. Si no dispones de moto, lo normal es ir andando cuando pasees por el pueblo. Es muy largo, así que a veces las distancias se hacen un poco pesadas. Si no quieres caminar, existe la opción de la moto taxi o de una especie de moto con una cajonera delante que puede llevar a dos personas, por un módico precio. Grab y Gojek no funcionan aquí.
-Entradas. La mayoría de sitios turísticos cobran una entrada entre 20 y 30 000 IDR, al cambio, unos 2 euros por persona.
Cómo moverse por Rantepao
Existen varias opciones:
–Alquilar un coche con conductor. Si el conductor hace de guía, se abarata un poco el precio. Si además del chofer, hay que contratar aparte el guía, el precio puede subir considerablemente. Nosotros contratamos a Rober, el taxista/guía que nos había recogido en el aeropuerto, para un día. Nos llevó al funeral toraja y a varios de los sitios turísticos (750 000 IDR). Preguntando el precio a otros guías, éste incluso parecía barato. Repito, espero que con la vuelta del turismo, los precios se normalicen y sean como antes.
–Alquilar moto. Es la opción más barata y la que usamos durante dos días para ir a nuestro aire. Por 20 0000 IDR ,más 48 000 IDR de gasolina ( que sobró), pudimos disfrutar de dos jornadas recorriendo la zona.
–Alquilar moto y guía. Se contrata un guía, que va por delante en su propia moto y el turista va por detrás con la suya. Opción intermedia entre las dos anteriores y menos habitual.
Mejor época para ir a Rantepao
Los mejores meses para visitar la región de los toraja son julio y agosto, ya que, además de ser estación seca, es cuando más posibilidades hay de poder asistir a un funeral o presenciar la ceremonia Ma´nene, puesto que muchas familias esperan al regreso de los suyos que viven fuera, por vacaciones, para celebrarlas.
Los meses mas lluviosos son de noviembre a mayo. En general, es una zona más fresca que el resto de Indonesia.
Cuántos días ir a Rantepao
Dada la lejanía de la región Toraja y el tiempo necesario tanto para ir como para salir, pensamos que los días recomendados para estar son entre 3 y 5 días, sobre todo si se va a hacer algún trekking.
Y una vez que hemos dado unas pinceladas introductorias, vamos al meollo de la cuestión y a explicar que es lo que nos llevó hasta este recóndito lugar de Sulawesi.
Funeral Toraja
Si algo distingue al pueblo toraja, es su peculiar concepción de la muerte. Para ellos, la persona no ha muerto hasta que se celebre su funeral. Mientras tanto, se le considera enfermo, «makula» y permanecerá embalsamado en la casa familiar, conviviendo con ellos y siendo tratado como si permaneciera vivo. Se le viste, y se le ofrece comida, bebida y tabaco y hasta se hablará y convivirá con él con total normalidad.
Mientras, la familia va preparando el funeral. Para estar listos y poder celebrarlo, deben haber ahorrado para, como mínimo, sacrificar dos búfalos. Estos animales tienen gran importancia en el funeral porque son los encargados de transportar el alma del difunto.
En función del número que se sacrifique, mayor es el estatus social de la familia. Si además, alguno de ellos es albino (pueden llegar a valer hasta 30000 dólares), mejor que mejor. Todo sea para que se vea el nivel social. También se sacrifican cerdos y gallos de pelea. La carne servirá para alimentar a la familia e invitados al evento. Debido al gran desembolso económico que supone un funeral, es normal que éstos se realicen varios meses o años después de la muerte. Se suele aprovechar los meses de julio y agosto que, además de ser la estación seca, se acaba de recoger la cosecha y es cuando los familiares que viven en el extranjero regresan a visitar a los suyos.
Para la ceremonia, construyen unas edificaciones temporales de bambú en las que tendrán lugar las celebraciones y en las que caben centenares de personas.

El rito funerario en sí, no suele ser un momento triste, a menos que la persona fallecida sea muy joven. Al contrario, son momentos de alegría y celebraciones. Todos los familiares, amigos y visitantes, deben llevar sus mejores vestimentas para el funeral «el tomate», de color oscuro, como señal de respeto hacia el difunto. Muchos llevan los trajes tradicionales de su etnia.

La primera parte del ritual, consiste en declarar al muerto, muerto oficialmente. Para ello, sitúan el cuerpo del fallecido sobre un palanquín y hacen una procesión por toda la aldea. Después lo colocan en una torre, situada en un lugar privilegiado y que es parecida a un tongkonan, y sacrifican a un búfalo delante. Así todo el mundo puede verlo y rendirle homenaje. A partir de ese momento se estima que el familiar ha fallecido finalmente.

La segunda parte del ritual puede durar varios días, normalmente de 2 a 5. La parte más impactante es la del sacrificio de los animales, cuyo número dependerá del nivel económico de la familia. Una familia de nivel alto sacrificará entre 24 y 100 bueyes. En el que asistimos, iban a pasar por el matarife, 75. Antes de sacrificarlo, el animal se gira hacia el sur, porque así se cree que búfalo y difunto, viajarán juntos a su próxima vida. Los animales, una vez muertos, se cortan en tres partes, que se repartirá entre los asistentes. La cabeza, para los lideres de las etnias. Las patas, para la familia directa y, el cuerpo, para el resto de la comunidad. La carne, se cocina y se ofrece a los invitados, que van el segundo día de la ceremonia.



Se espera que los invitados lleven regalos a la familia, ya sea tabaco, café, azúcar o animales para sacrificar. Todo queda anotado y se convierte en una deuda que tendrán que devolver, a veces, incluso años después. Desde luego, no es nada barato un funeral Toraja.
Los cuernos de los bueyes sacrificados, adornarán la entrada de la casa familiar y así todo el mundo sabrá el nivel de importancia que tuvo el funeral.
Durante estos días, también hay danzas tradicionales, incluso a veces, peleas de gallos (aunque sea de manera clandestina porque ya están prohibidas), y de bueyes.
La última parte del funeral, consiste en llevar al muerto hasta su tumba. En general, colocan a la momia en réplicas de tongkonan, que servirán de vehículo funerario. Los nichos están excavados directamente en la roca, donde agrupan a todos los miembros de la familia. Como creen que pueden viajar al otro mundo con posesiones, se les entierra con alguna de ellas y para evitar robos, se intenta hacerlo en la parte más elevada posible. Como ni aún así se evitan, ahora se hacen en lugares más inaccesibles, protegidos por barrotes y con objetos de menor valor. Antes de que hubiera enterramientos en rocas, los ataúdes se dejaban directamente en las cuevas, ya sea dentro o colgando de las paredes ( Londa, Tampang Allo). Esta forma de enterramiento tiene más de 300 años.
Nosotros asistimos al segundo día del funeral de una mujer que había muerto hacia un año. Permanecimos poco más de hora y media, tiempo en el que vimos cómo habían sacrificado algunos animales y preparaban varios cerdos para correr el mismo destino. Nos ofrecieron carne para comer. Como no íbamos a regalar tabaco, pensamos en ofrecer a la familia dinero en un sobre, pero cuando el guía fue a entregarlo, le dijeron que no era necesario.


Pero todo el ritual funerario no acaba aquí. Tras 20 o 30 años del entierro, se lleva a cabo una ceremonia conocida como Ma’nene. Consiste en sacar a los difuntos de las tumbas, y para darles una mejor apariencia, les cambian la ropa, les peinan, maquillan y les ponen abalorios. Llegan incluso, a pasearles por el pueblo. Les hablan y se hacen fotos con ellos, como si estuvieran vivos. Es la costumbre más macabra e impactante desde nuestro punto de vista occidental. Se realiza cada tres años, pero en Panagala es un evento anual. Suele ser a finales de agosto tras la temporada de cosecha. Aunque a nosotros nos pueda parecer algo repulsivo, para ellos es una forma de estar conectados con sus parientes difuntos y, por tanto ,motivo de alegría y celebración.
Asistir a un funeral toraja, no es difícil si visitas la zona. Tan sólo basta con hablar con un guía o en el mismo alojamiento donde te hospedes, te informarán de donde se celebrará el próximo. En la oficina de turismo del pueblo, en un tablón, están colgados los siguientes funerales que habrá en la zona. Sin duda alguna, una de las «celebraciones» mas curiosas de toda Indonesia.
Qué ver en Rantepao
Lo mejor es dividir las visitas en función de su localización, para no perder tiempo y no hacer kilómetros de mas. Estas son las visitas que hicimos nosotros en cada zona.
Sur de Rantepao: Lemo, Tampag Allo, Kambira, Londa, Kete Kesu.
Norte de Rantepao: Bori, Batutumonga, Palawa. Loko Mata.
-Lemo
A unos 11 kilómetros de Rantepao y a 9 de Makale, encontramos Lemo, una de las principales atracciones turísticas de la zona.
Es, posiblemente, uno de los mejores sitios para ver Tau Tau, que están colocados en varios balcones en el cortado de una montaña. También hay decenas de puertas de madera, cerradas, que son la entrada a las tumbas. En la base, están los transportines, que parecen réplicas de Tongkonan, y que sirvieron para llevar a los difuntos desde su casa hasta ésta, su morada definitiva.



Los Tau Tau son réplicas, talladas en madera, de los muertos, y a los que visten con ropas y pertenencias de ellos. Sirven para proteger las tumbas en el camino hacia su nueva vida.

ENTRADA: 20 000 IDR
-Tampang Allo
Dentro de esta cueva natural, encontramos Tau Tau, ataúdes y multitud de huesos y calaveras esparcidos por el suelo o por cualquier grieta o hueco posible.



Antiguamente se usaba como cementerio toraja.
Es uno de los sitios que más nos gustó.
ENTRADA: 20 000 IDR
-Kambira
Cuando un bebé toraja moría antes de que le saliera el primer diente, los padres depositaban el cuerpo dentro de un agujero que hacían en el tronco de un árbol, y que después tapaban con ramas, que es lo que se ve desde fuera. Con el tiempo, el tronco «abrazaba» completamente el cuerpo y así, ambos, crecían juntos. La savia del árbol «ayudaba» al bebé a llegar a la vida eterna y éste, a su vez, cuidaba del futuro de sus hermanos. Se pensaba que los niños tan pequeños, como no sabían andar, no eran capaces por si solos de llegar al paraíso y, por eso, instauraron este ritual especial para ellos. Se usó hasta hace escasamente 20 años.
Desgraciadamente, el árbol de enterramiento mas famoso, ya no permanece en pie.
-Londa
Otro de los lugares imprescindibles en un viaje al territorio Tana Toraja, es Londa.
Tras un corto paseo desde la taquilla, nos encontramos con la entrada a dos cuevas naturales, en cuyo interior podemos encontrar ataúdes, calaveras, huesos, así como ofrendas a los difuntos. Dentro, apenas hay luz, así que es recomendable ir con linterna o frontal.
Ya en el exterior, hay decenas de ataúdes, en no muy buen estado la mayoría, esparcidos tanto por el suelo como por cualquier recoveco de la montaña. Un balcón, con multitud de Tau Tau, completa este interesante lugar.




ENTRADA: 30 000 IDR
-Kete Kesu
A apenas 4 kilómetros de Rantepao y con mas de 400 años de antigüedad, Kete Kesu es uno de los pueblos tradicionales toraja más pintorescos. Tiene varias casas (6 casas tongkonan y 12 graneros de arroz (alang), con una de las casas que sirve como museo.

Muy cerca del pueblo está la colina de Bukit Buntu Ke’su, que es un antiguo lugar de enterramientos. Hay cráneos y huesos humanos, así como ataúdes, con forma de barca, cerdo o búfalo. También hay cuevas excavadas, que son las criptas antiguas. Los nobles eran enterrados en las mas altas, mientras que el «pueblo» descansaba al pie de la colina. En lo mas alto, los Tau Tau «vigilan». Algunas tumbas están protegidas con barras para evitar robos.

ENTRADA: 30 000 IDR
-Bori Kalinbuang
Bori se convirtió en nuestro lugar favorito, de hecho, lo visitamos dos veces. La primera, con nuestro guía, y la segunda, ya por libre, cuando alquilamos una moto.
Es una de las visitas más completas. Lo primero a destacar, es la enorme cantidad de menhires que hay en la zona central, que representan las acciones de nobles muertos y enterrados en este complejo funerario. Las piedras son de diferente tamaño, pero todas tienen la misma importancia.


Alrededor de los menhires hay varias casetas. En una de ellas es donde se deposita al muerto durante el entierro y las otras son para los invitados.
Subiendo unas escaleras empedradas que parten de esta zona, y en medio de la espesura, nos encontramos al frente con esta enorme roca, con tumbas excavadas.

La parte de atrás es la que sorprende. Hay decenas de calaveras expuestas en un hueco en la roca.


Si eres un poco aprensivo, desde luego, éste no es tu lugar.
Subiendo otras escaleras, por el lado opuesto a la zona de los menhires, encontramos más zonas de enterramientos.


Ésta nos llamó particularmente la atención.


Y por fin, pudimos ver nuestro primer «baby grave», aunque la verdad, tampoco es que se vieran muchas «tumbas» de bebés.


ENTRADA: 30 000 IDR
Ya fuera, pero muy cerca, a apenas 100 metros siguiendo la carretera, hay un pequeño poblado con varios Tongkonon que nos encantó.


De vuelta hacia Rantepao ,las vistas son preciosas, entre campos de arroz.

-Batutumonga
Se trata de un mirador, con vistas a un valle repleto de arrozales y con Rantepao al fondo.


Las vistas son bonitas, pero nada del otro mundo. Nos gustaron más las que había en una parada que hicimos un rato antes en Lembang Lempo, para tomar unas bebidas en un «café». Y donde aprovechamos para volar el dron por primera vez en este viaje.


-Palawa
Otro pueblo tradicional toraja, con sus típicas casas o Tongkonan. Es quizás el mas turístico de todos y de normal, debe de estar bastante masificado.
Tuvimos la suerte de ir por la mañana, después de asistir un rato a un funeral toraja y no había ningún turista más. De una manera bastante más modesta en comparación al que acabábamos de asistir, también estaban celebrando un funeral.


-Loko Mata
En la misma carretera principal, cerca de Batutumonga, encontramos esta enorme roca funeraria. En ella encontramos decenas de tumbas excavadas en la roca.

En el momento de nuestra visita, había una familia, que vivía en el extranjero y, que había regresado para honrar a sus muertos. Nos pidieron que nos hiciéramos fotos con ellos delante de su nicho.

Algunas de las tumbas, tienen Tau Tau. El guía nos comentó que las tumbas adornadas con colores ( blanco, negro, rojo y amarillo), pertenecen a cristianos, mientras que las que son solamente de madera, son de animistas.

ENTRADA: 30000 IDR
Otros lugares de interés cerca de Rantepao
-Monte Sesean
Llegar hasta la cima cuesta unas dos horas, pero desde arriba se pueden admirar vistas de 360 grados de los arrozales.
-Lago Limbong
Lago entre montañas kársticas de piedra caliza, cuya agua cambia de color dependiendo de la estación.
-Buntu Pune
Grupo de tumbas y tongkonan, en el mismo Rantepao.
-Burake Hills
Segunda estatua de Jesús mas alta del mundo, sólo superada por la de Rio de Janeiro en Brasil. Está en Makale. Se puede llegar hasta la base en coche, luego te esperan un buen trozo de escaleras. Aunque la mayoría de los toraja es cristiana, para nuestro gusto, esta estatua desentona con la zona.
-Kande Api
Pequeño pueblo tradicional, en el que destaca una casa con tejado en forma de barco, pero de tres pisos.
-Mercados de búfalos
Tanto el mercado tradicional de Bolu, cada seis días, como el de Rantepao, de los martes y sábados, son buenos lugares para ver la gran cantidad de transacciones que se hacen comprando los búfalos que luego serán sacrificados en los funerales. Los animales mas preciados son los albinos, por los que pueden pagar auténticas millonadas. Una vez que se compra, como su único fin es ser sacrificado, se dedica a la vida contemplativa, es decir, comer, pastar y revolcarse en los charcos de barro a los que le llevan. Nada que objetar si no fuera por el fin que tienen.
También se venden cerdos, que son amarrados e inmovilizados con cañas, para facilitar su transporte, los cuales no paran de gruñir de una manera bastante lastimosa. Estos animales si que se comen, no se usan únicamente para los funerales.
-Rante Sirrin
Otro sitio interesante, del que no habíamos oído hablar y que encontramos por casualidad, es Rante Sirrin, relativamente cerca de Bori. Chulo, pero teniendo en cuenta de dónde veníamos, nada excepcional.

Casas Toraja
Otra de las cosas que nos llamaba mucha la atención, es la peculiar forma que tienen las casas Toraja.
Estas casas reciben el nombre de Tongkonan, «el lugar en el que se reúne la familia» y son el centro de la vida familiar. No se pueden comprar ni vender y se encuentran agrupadas por clanes. Siempre están elevadas sobre el nivel del suelo, evitándose así que entre el agua durante la temporada de lluvias.
En la primera planta se encuentran las habitaciones, siempre decoradas de manera muy sencilla con fotos y muebles antiguos. En el frente de la casa, encontramos las cornamentas de los búfalos sacrificados en los funerales. Cuantos más haya, mayor es el nivel económico de esa familia. Estas casas, que son de madera, también destacan por su decoración, que suele ser con bellos motivos geométricos de colores.

Pero lo que realmente llama la atención, es la forma de sus tejados. La teoría principal habla de que tienen forma de barca porque los primeros toraja llegaron a Sulawesi por mar. Debido a un temporal, naufragaron, pero usaron las quillas de las embarcaciones como techo para sus casas. El techo puede ser de varios materiales, como el bambú, ramas, fibras vegetales… Ahora incluso ya usan uralita para dar más consistencia.

En las aldeas mas grandes, las casas se agrupan el hileras, con la entrada al norte, y frente a ella, se coloca el alang, el granero de arroz, en otra fila paralela.
Hay otra ceremonia importante en la cultura Toraja y es la de la Ceremonia de la Casa Nueva. Cuando una pareja se casa, generalmente se construye un Tongkonan nuevo y hay que inaugurarlo. La fiesta puede hacerse incluso meses después, ya sea tanto de la boda como de la terminación de la casa, ya que se suele esperar a que regresen los familiares que viven en el extranjero. Otras veces, simplemente se tarda porque hay que ahorrar dinero para poder hacerla.
Durante la ceremonia, los hombres se encargan de los cerdos que serán sacrificados y de la comida. Las mujeres, ancianos y niños, permanecen en estructuras cubiertas hechas para tal fin.
Y todo esto es lo que os podemos contar de los toraja, un pueblo que nos sorprendió con sus costumbres tan peculiares y donde pasamos unos días fantásticos recorriendo toda la zona. Había que proseguir el viaje y nuestro siguiente destino era, nada más y nada menos, que las islas Togian.