Hay muchísimas cosas que ver en Isla de Pascua. Cuando la nombramos, lo primero que se nos viene a la cabeza son los Moais, esas impresionantes estatuas de piedra con una «cabeza» enorme. Pero Rapa Nui no es sólo eso. La isla tiene muchos atractivos que no desmerecen para nada, como varios volcanes, acantilados preciosos, cuevas, y restos arqueológicos.

Los atractivos turísticos son innumerables, así que los explicaremos dividiéndolos en distintas categorías:
- Sitios arqueológicos.
- Cuevas.
- Volcanes.
- Playas.
- Hanga Roa.
Contenido
Sitios arqueológicos
Aparte de por bellezas naturales, la isla de Pascua es mundialmente conocida por todos los vestigios arqueológicos que nos muestran cómo fue la historia y la vida de la cultura Rapa Nui.
Dada la gran cantidad que hay, vamos a subdividir los sitios arqueológicos que ver en Isla de Pascua:
- Centros ceremoniales.
- Los ahus.
- Los moais.
Centros ceremoniales
En ellos podremos ver restos de la cultura y de las tradiciones de la cultura Rapanui de la Isla de Pascua.
Aldea ceremonial de Orongo
Este es uno de los sitios imprescindibles que ver en Isla de Pascua. En la aldea ceremonial de Orongo, podemos ver construcciones ancestrales y petroglifos (escritos nativos de Rapa Nui). Está situada en el sureste del volcán Rano Kau, en una estrecha franja entre el borde del cráter, y el precipicio que baja casi perpendicularmente al mar, frente a los islotes Motu Nui, Motu Iti y Motu Kao Kao.
La aldea de Orongo era habitada de manera estacional por los jefes y personajes principales de las antiguas tribus, que esperaban recoger el primer huevo sagrado del pájaro manutara en los meses de la primavera.
Se cree que las primeras construcciones de Orongo no estaban relacionadas con el culto al manutara. Se construyeron alrededor del 1400 d.c y en total, hubo 54 casas alineadas al borde al cráter. El acceso a las casas se encuentra en el frente que da al mar y su reducido tamaño en forma cuadrada, obliga a entrar y salir gateando. Su interior también es de reducido tamaño, con una altura que no permite estar de pie. En el interior de algunas de ellas, se han encontrado pinturas relacionadas con el ritual del hombre pájaro.
En esta zona podemos encontrar los restos de un pequeño ahú, así como unos orificios en piedras que pudieron usarse como observatorio astronómico.
Aquí tenía lugar un antiguo ritual que aún inspira las competencias del festival Tapati Rapa Nui.

Orongo es el lugar con la mayor concentración de arte rupestre de toda la isla, ya que podemos encontrar más de 1700. El tema principal de los relieves es la figura humana en posición fetal y cabeza de pájaro con pico largo. Es el ser mitológico conocido como Tangata Manu u hombre pájaro. Otros dos motivos muy repetidos son el de una cara de grandes ojos, semejante a una máscara o antifaz, que se cree que representa al dios Make Make. Y el otro, es la vulva femenina o komari, que es el diseño más común en el arte rupestre de la isla. En Orongo hay más de 300, así como también dentro de las casas ceremoniales. También hay representaciones de aves, peces y tortugas.

Toda esta zona es de una belleza impresionante. Tanto el volcán Rano Raraku como Orongo, son uno de los lugares que más me gustaron. Es un sitio ideal para ver anochecer.
Con la entrada al Parque Nacional Rapa Nu, sólo podemos entrar una vez en Orongo, así que hay que aprovechar muy bien la visita y disfrutarla a tope. En habitual que haya bastante viento, por lo que recomiendan llevar algo de ropa de abrigo.
Yo fui en un tour que organizó mi hotel, pero es muy fácil hacerlo por libre. Es posible llegar en bicicleta, andando o en taxi. Hay un mirador en la carretera de ascenso, antes de llegar al parking.
Centro ceremonial Tahai
Dentro de las cosas que ver en Isla de Pascua, éste seguramente sea uno de los que repitas, debido q su cercanía con Hanga Roa.
Es el mayor centro ceremonial de toda la isla, con unos increíbles restos arqueológicos. En la zona podemos encontrar varios lugares interesantes, como los restos de una aldea. Es curioso imaginar como sería todo en pleno esplendor viendo restos de casas en forma de canoa, de sus gallineros (Hare Moa), de casas de piedra parecidas a las de Orongo, o de sus hornos.

Dentro del complejo destacan por encima de todo, sus Ahu. Los tres que hay, Ahu Vai Uri, Ahu Tahai y Ahu Ko Te Riku son impresionantes y con su propia historia, como contaremos más abajo. Hay un moai derrumbado, que se cree que era parte del Ahu Vai Uri.
Como dato curioso, aquí está la tumba de William Mulloy, antropólogo, y que desde que llegó a isla de Pascua a mediados del siglo XX, dedicó su vida a difundir la cultura e historia de Rapa Nui. Gracias a él, se llevaron a cabo trabajos de restauración en Ahu Akivi, Orongo y Tahai.
Tahai es una de las zonas habitadas más antiguas de la isla, ya que data aproximadamente del año 700 d.c. Se cree que allí vivieron los clanes Marama y Miru, ambos clanes muy poderosos e influyentes dentro de la cultura Rapa Nui. La tradición oral dice que estos clanes trataron de levantar un centro religioso, político y social en la zona y desde ahí influir a todo el resto de la isla.
No sólo la importancia histórica es lo que atrae a los visitantes hasta aquí. Los amaneceres y atardeceres son realmente espectaculares. Doy fe de que el anochecer que vi aquí fue uno de los más bonitos que he tenido en mi vida. El sol poniéndose justo por detrás de los moais crea un contraluz que hace que las figuras se oscurezcan, a la vez que de fondo había unos tonos anaranjados preciosos.

Es fácil llegar hasta aquí, ya que está muy cerca de Hanga Roa. Yo llegué caminado en apenas unos minutos. Hay gente que lo hace en biclcleta, en tour o en coche.
Es uno de los sitios dónde más turistas se concentran para ver el anochecer.
Vinapu
Importante lugar arqueológico, donde encontramos construcciones en piedra repartidas por toda la zona. Es un lugar que ha servido a los historiadores la forma en que los nativos trabajaban la piedra volcánica.. También hay restos de ahus y moais, derribados en el siglo XVIII durante la guerra de los clanes, que acabaron con la destrucción de muchas de las figuras de la isla.

Aquí se ven 6 moais tirados en el suelo boca abajo, con 3 pukaos ( Ahu Tahira). Justo detrás, está el Moai Enterrado, del que sólo sobresale la cabeza y uno de los más antiguos de la isla. Destaca que no tiene talladas las cuencas de los ojos y que su figura no está bien detallada como la de las estatuas más modernas. Detrás de este moai, hay un muro, que es una de las mejores construcciones de toda la Isla de Pascua. Las piedras que lo forman son enormes y están sujetas unas a otras sólo gracias a su forma, ya que no hay nada que las una. Muy similar a los que existen en Machu Pichu. Por último, hay una columna roja que representa a un moai femenino.


Por último, hay una columna roja que representa a un moai femenino.
Vinapu se encuentra en paralelo a la pista de aterrizaje del aeropuerto Mataveri (está justo al final de la isla). Para llegar nuestra recomendación es que tomes la calle Hotu Matu’a y sigas las indicaciones.
Te Pito Kura
Te Pito Kura es un centro ceremonial y arqueológico de Isla de Pascua rodeado de grandes leyendas e increíbles restos de la cultura Rapa Nui.
Aquí encontramos el Moai Paro (del que hablaremos en la sección de los moais), el más grande jamás levantado sobre un ahu, y una increible roca en forma circular. Esta roca tiene 80 centímetros de diámetro y está rodeada por otras 4 piedras más pequeñas. Esta piedra se llama Te Pito Te Henua (el ombligo del mundo en español), y significa, donde termina o comienza la tierra.
La piedra magnética tiene un alto contenido en hierro, por lo que cuando se calienta provoca que las brújulas se muevan de forma irregular. Según las creencias de los nativos, esta roca canalizaba el maná (energía de los ancestros muertos) y lo esparcía por toda la isla.

Según las leyendas, este lugar era muy importante para el primer rey y conquistador de la Isla, Hotu Matu’a, ya que con el primer barco trajo consigo la roca magnética y la instaló en el lugar, como símbolo de su llegada y con el fin de repartir la energía de sus antepasados en Isla de Pascua. A medida que la isla se fue poblando, se construyó el Moai Paro, dotando de una importancia singular a la zona.
Ahora ya no se pude tocar la roca, tan sólo mirarla.
Este centro ceremonial está a unos 2 km de la playa de Ohave. Hay que ir por la carretera que conduce a Anakena. Llegando a la playa, hay una indicación para girar a la derecha (en dirección al volcán Poike) y luego un pequeño estacionamiento donde dejar el vehículo.
Papa Vaka
Es un centro arqueológico conocido por el gran número de petroglifos que cuentan parte de la historia de Rapa Nui.
La mayoría de los dibujos tienen relación con el mar: aves marinas, canoas, anzuelos; herramientas de pesca..

Hay dos rocas principales, el Papa Mangai ( roca de los anzuelos), y la Papa Vaka (canoas, tortugas y orificios), que es el más grande de toda la Isla de Pascua.
Los petroglifos se encuentran a un kilómetro de Anakena por lo que no hay más que seguir la carretera que conduce a la misma, y seguir las indicaciones. Mejor ir pronto, antes de que la luz sea muy intensa, así como subirse a las piedras de los alrededores para poder verlos con claridad
Pu O Hiro
Es un instrumento musical hecho en piedra. Mide 1,3 metros de altura y tiene varios orificios, el principal en la parte superior. Soplando ahí, se consigue un sonido parecido al de una trompeta actual.
Tiene petroglifos que representan una vulva, que es símbolo de fertilidad.
Hay varias creencias acerca del instrumento. Una de ellas dice que se hacía sonar, en tiempos de sequía, para atraer la lluvia. Su nombre en Rapanui significa «trompeta de Hiro», siendo Hiro un antiguo Dios de la lluvia. Otra, que era un talismán para la pesca. Y la última dice que se usaba en rituales de fertilidad, debido a las imágenes de la vulva.
Para ver este instrumento, único en la isla de Pascua, tenemos que ir por la carretera que conduce a Anaena y seguir las abundantes indicaciones que hay. Está muy cerca del volcán Poike.
El Pu O Hiro es un lugar libre y no requiere comprar tu entrada al Parque Nacional.
Akahanga
Sin duda, uno de los lugares más privilegiados en la isla. Aquí hay restos de una aldea, un moai derrumbado y restos arqueológicos.

Se ven los restos de los famosos Hare Paenga (casas bote),que los nativos usaban para dormir. Muy cerca, los hornos donde cocinaban (Umu Pae), hechos con 5 piedras. A poca distancia, la cueva de Ana Akahanga, que usaban como refugio. Pero lo que más destaca entre todo, es el Ahu Akahanga (del que hablamos en la sección de los ahus).
Según la historia de la isla, el primer colonizador y rey de Rapa Nui fue Hotu Matu’a. Según la tradición oral, este rey pasó sus últimos días en la cima del Rano Kau. Tras su muerte, sus hijos bajaron el cuerpo hasta Akahanga y lo enterraron bajo una torre de piedras, donde estuvo muchos años. Se dice que una tribu que quería llegar a la cumbre de la escala social, desenterró el cuerpo y robó el cráneo, siendo recuperado, años después, por descendientes del rey.

Lo cierto es que no hay ninguna evidencia de que haya existido ninguna tumba, ni se han encontrado restos de Hotu Matu’a.
Para llegar, hay que ir en un tour organizado o en coche. No hay baños ni zonas donde poder comprar nada para comer.
Vaihu
A sólo unos metros de la entrada, se ven 8 moais derrumbados y sus sombreros, repartidos en el suelo de todo el lugar. Se trata del Ahu Hanga Te’e.


Justo en frente, hay un círculo (Paina) formado por piedras, de unos 10 metros de diámetro. En este círculo se reunían los nativos para hacer celebraciones para honrar a sus antepasados.


Encontramos también un moai solitario, así como un estanque de agua, pero que fue creado en el Siglo XX, por la Compañía Explotadora de Isla de Pascua.
Mi viaje fue en el 2007, en esa época no había problema por acercarse y tocar los moais.
El lugar está rodeado de acantilados y es impresionante ver como las olas rompen con fuerza. Fue uno de los lugares preferidos de los nativos para vivir. Su fácil acceso al mar lo hacían perfecto para que las tribus se asentaran.

Hoy en día, durante el Festival Tapati Rapa Nui (el festival más importante de la isla), la zona se convierte en un hipódromo donde los jóvenes compiten sobre sus caballos.
Situado a 10kms de Hanga Roa, hay que tomar dirección Anakena, y luego girar a la derecha en el cruce que conduce a Rano Raraku, continuando otros 6 km.
Moais
Hablaremos de algunos de los moais más importantes de la Isla de Pascua.
Tai Hare Atua, primer moai
Este moai se encuentra tendido al pie de la ladera exterior del Rano Raraku. Parece que fue un primer patrón de lo que luego sería la forma habitual de los moais.

Su característica principal es que la cabeza está fusionada al cuerpo, sin un cuello que los una. Si que se ven las manos, pero las orejas y brazos apenas se aprecian.
Moai Piro Piro
Este es uno de los moais más especiales de toda la isla, y uno de los primeros que te recibe cuando se llega al Volcán Rano Raraku, ya que se encuentra en los primeros metros del sendero que recorre la cantera. Hay que saber que forma parte de los moais enterrados de la Isla de Pascua.
Tiene una serie de características que lo diferencian del resto de los moais. La primera es su enorme nariz puntiaguda y que sus hombros están proyectados hacia adelante. Otra, es el tamaño de su cabeza, que es de 4 metros, mucho más grande que en el resto de estatuas.

Pero la diferencia principal es su tamaño total, ya que mide casi 11 metros, más del doble que el resto de moais enterrados. Es uno de los más grandes de la isla, pero al estar medio enterrado, no se «aprecia» del todo.
Como anécdota, en uno de los lados del cuello, tiene un grafiti donde se lee Baquedano. Fue realizado por marinos chilenos de la Escuela General Baquedano a principios del siglo XX.
Moai Hinariru ( Hina Riru)
Este es otro de los moais enterrados que podemos encontrar en la ladera del Rano Raraku.
Compite en importancia con el Moai Piro Piro y, lo mismo que él, es una d las imágenes más famosas de Rapa Nui.

Esta figura está enterrada hasta el pecho, midiendo esta parte que sobresale del suelo, unos 4 metros. La característica principal es que su cabeza se inclina hacia la izquierda. Por eso también se le conoce como el «moai del cuello torcido»
Te Tokanga, el gigante
Te Tokanga, es, con mucho, el moai más grande jamás esculpido en Isla de Pascua. Situado en la parte baja de la cantera del Rano Raraku, encontramos este moai reclinado, todavía situado en el lugar donde fue tallado.
Apodado «el gigante», no desmerece para nada su nombre, ya que mide unos 22 metros y pesa unas 200 toneladas. Se cree que estaba destinado a un ahu en Vinapu, en la ladera del Rano Kau. Pero fuese cual fuese su destino final, nunca llegó. Por la sencilla razón de que si siquiera se intentó levantar. Los constructores se dieron cuenta de que jamás serían capaces de levantarlo, así que ni siquiera acabaron el trabajo y lo abandonaron.

Moai Ko Kona He Roa
Situados, como la mayoría, en la ladera del Rano Raraku, este moai es uno de los que llama la atención. En un principio, su cuerpo estaba enterrado hasta los hombros. Pero, al igual que otros moais, durante la expedición de Thor Heyerdahl, se excavó, descubriendo que en su pecho tiene un petroglifo que muestra un barco europeo de tres mástiles y, debajo, una tortuga. Figuras así se han encontrado en Orongo y en la cueva Ana Kai Tangata.

En un momento de la historia de la isla, los nativos consideraban a los europeos como mensajeros del más allá, que iban y venían como el mataveri, en la época de primavera.
Moai Tukuturi
Uno de los moais más extraños y controvertidos de todos. Su nombre significa «moai en cuclillas», «moai arrodillado».

Descubierto por la expedición de Thor Heyerdahl en 1956, los lugareños nunca habían visto nada igual. Es mucho más realista y natural que las demás. Destaca su cabeza redondeada, sus ojos tallados y su barba. Pero lo que la diferencia es que tiene el cuerpo entero en posición arrodillado. Mide 3,7 metros de altura y pesa 10 toneladas. Otra característica es que es la única figura del Rano Raraku que mira hacia él, en lugar de darle la espalda
Moai Paro
Este moai es el más grande entre los grandes. Es el moai de mayor tamaño que fue levantado sobre un ahu.
Con un peso de alrededor de 80 toneladas, sus dimensiones son increíbles. Su nueve metros de altura debieron de dejar sin habla a quienes pudieron contemplarlo en pleno esplendor. Porque por desgracia, ahora ya no está sobre un ahu, sino derribado en el suelo y partido en dos.
El pukao que hay justo frente a él, también es el más grande de toda la isla, con más de dos metros de altura y 17 toneladas de peso.

Hay que aclarar que no es el moai más grande jamás construido, sino como hemos dicho arriba, el más grande que se trasladó y se levantó sobre un ahu.
Los moais más grandes son:
- Te Tokanga: es el más grande de todos (mide 21 metros) pero nunca fue terminado ni sacado de la roca en donde se talló.
- El Moai Piro Piro: es el segundo moai más grande (11 metros), pero nunca fue terminado. Si fue sacado de la roca, pero lo dejaron a medio camino, y hoy la mitad del cuerpo está enterrada (no podemos apreciar su gran tamaño)
- Moai Paro: es el tercer moai más grande, pero el único de los tres que sí fue 100% terminado, movido y levantado sobre un Ahu.
Moai sumergido
Es una de las muchas curiosidades que ver en Isla de Pascua. En realidad hay dos moais sumergidos.
El primero de ellos, se remonta a 1957 cuando el investigador francés Michel García Baral, decidió llevarse uno a su país. Las crónicas dicen que el moai iba sujeto con una cuerda que, al poco tiempo de partir, se rompió. El resultado fue que, el moai cayó a las profundidades del mar. A pesar de que ha habido varios intentos para encontrarla, el último en 2002, no se ha podido localizar. Se cree que la profundidad a la que debía estar, unida a las corrientes marinas, acabaron por desintegrarlo.
El origen del segundo moai sumergido es bastante más actual. Durante 1998, en Chile se retransmitía una teleserie, Iorana, que alcanzó una gran popularidad. Estaba ambientada en la Isla de Pascua y aparte de las típicas historias amorosas, hablaba de un misterioso moai sumergido en la Isla. Tal fue el éxito de la serie, que la «leyenda» del moai sumergido se tomó como real.
Con el objetivo de preservar este mito televisivo, en 2004, el artesano Beto Tonfa, construyó en cemento una estatua moai de 3 metros de altura, que se depositó a 24 metros de profundidad, a unos 300 metros de la costa. Excepto por su color grisáceo, tiene toda la apariencia de un auténtico moai. La gran cantidad de flora y vida marina que le rodea, también lo diferencia de sus hermanos terrestres.
Para ver esta moai, es necesario contratar una inmersión de buceo en uno de los centros de hay que la caleta de Hanga Roa. Yo buceé con el centro Mike Rapu, el centro oficial y encargado de llevar a los turistas a conocerlo.
Hay que decir que las aguas de isla de Pascua son en las que he tenido la mayor visibilidad de todas las inmersiones que he realizado hasta ahora.
Moai Hoa Hakananai’a, el amigo robado de Rapa Nui
Este Moai, probablemente sea el más visitado y fotografiado de todo el mundo. Considerado una obra maestra, es todo un icono de Isla de Pascua. Todo perfecto hasta ahora, si no fuera porque no se encuentra en la isla que le vio nacer, sino en el British Museum. Al igual que otras muchas obras procedentes de la cultura RapaNui, que se encuentran esparcidas por medio mundo.
El nombre, que podría traducirse por «el amigo robado o escondido», tiene una característica especial y es que está hecha en basalto. Es decir, no salió de la cantera del Rano Raraku, como la mayoría de las estatuas, sino que se construyó cerca del Rano Kau, alrededor del 1200 d.c. Pequeño en relación a la talla media, mide unos 4,5 metros, es considerada una obra maestra debido a los finos y cuidadosos detalles con los que lo esculpieron. Incluso, tiene unos grabados que no se han encontrado en ningún otro moai de Isla de Pascua. Se parecen a los petroglifos encontrados en Orongo y se hicieron después de su construcción. Entre estos símbolos hay «Ao», o remos ceremoniales que representan el prestigio y poder masculino, «Komari»,o vulvas femeninas, símbolo de fertilidad, una figura de ave, que se cree que es un Manutara, o dos Tangata Manu u Hombres Pájaro.
Esta estatua es una preciosa muestra del momento histórico en el que los antiguos habitantes perdieron la confianza en el antiguo culto a los ancestros, representados por los moai y empezaron a rendir culto al Hombre Pájaro. Se cree que la estatua pudo expresar ideas de liderazgo y autoridad, como muestran esos nuevos grabados, bajo la representación de una antigua figura ancestral.


El moai se encontró en el interior de una de las casas de Orongo, erguido y semienterrado, con la cara mirando hacía en interior del volcán, dando la espalda al mar.
Es el único moai encontrado en el interior de una edificación, lo que da idea de la importancia que tuvo.
¿Cómo pasó de estar en el interior de una casa a un museo en Londres?. Muy fácil. En 1868, la Real Sociedad Geográfica de Londres, encargó al navío ingles, HSM Topaze, bajo el mando del capitán Richard Ashmore Powell, una expedición al Pacífico Sur, que recaló, entre otros sitios, en Isla de Pascua. No sólo hicieron los trabajos topográficos para los que habían sido enviados, sino que también desmantelaron la casa en la que estaba este moai, para poder llevárselo de Orongo.
Tras un duro trabajo, consiguieron llevarlo al barco. Cuando recaló en Valparaiso, se le tomó una fotografía, la primera en la historia de un moai. ¡ Otro hito más para este moai!.
Meses después, el 19 agosto de 1869, la expedición llegó a Plymouth, donde fue desembarcada junto al Moai Hava, más pequeño y que está en el museo de Manchester. Tiempo después sería donado al Bristish Museum, donde se exhibió en el pórtico. Durante la Segunda Guerra Mundial se llevó al interior, donde estuvo hasta 1966, año en que se llevó a un edificio aledaño. No fue hasta el año 2000 cuando regresó al edificio principal, y fue colocado en el patio Central, sobre un nuevo pedestal. Actualmente el moai Hoa Hakananai’a se exhibe en la Sala No. 24, llamada Living and Dying (Vivir y morir) de la galería Wellcome Trust Gallery, uno de los salones más grandes del Museo Británico.
Desde su llegada al museo, se convirtió en un icono, tanto en Isla de Pascua como en el resto del mundo. Ha inspirado la obra de múltiples artistas e incluso, su imagen ha formado parte de una colección de sellos que se hizo para conmemorar el 250 Aniversario del British Museum. Hace unos años, fue seleccionado para formar parte de los 100 objetos que contarían la Historia del Mundo.
En un reciente documental, “Te Kuhane o te tupunao»,o “El espíritu de los ancestros”, hecho por un realizador rapanui, este moai aparecía como uno de los objetos expoliados de Isla de Pascua y cuyo espíritu o mana hay que recuperar para devolver el bienestar a la Isla.
No hay ninguna duda, de que la mejor forma de honrar a la cultura rapanui sería devolver este Moai, así como el resto de objetos sacados de la isla, a sus legítimos dueños. Que pudieran volver a la tierra que les vio «nacer» y que los descendientes de sus primeros dueños, puedan honrarles como se merecen.
Los Ahu
A continuación, os explicaremos cuales son las plataformas ceremoniales sobre las que descansaban algunos moais, más importantes de la Isla de Pascua. En ellas se enterraban a los líderes más importantes.
Ahu Tongariki
Sin ninguna duda, es una imagen que se te quedará grababa para el resto de tu vida. Simplemente imponente, y mágica la sensación de estar frente a frente con esos 15 gigantes de piedra.

Es la construcción más grande de toda la isla de Pascua, así como el monumento más grande de toda Polinesia.
La plataforma mide unos 100 metros de largo y, sobre ella, se asientan las 15 figuras, que le dan la espalda al mar. Son de distintos tamaños y formas. El hecho de que sean tan diferentes, de da parte de su magia. Miden entre 5,5 y 8,6 metros de alto, pesando el más grande, 86 toneladas. ¡No me quiero ni imaginar los esfuerzos y el trabajo para transportarlos hasta aquí!. Sólo uno de los moais tiene un pukao (gorro rojo), pero cerca se han encontrado 7 caídos, así que se presuponen que las demás figuras también tenían y los perdieron pro diversos motivos.


La plataforma que sostiene a los moais mide más de 4 metros. El muro es similar a otros, excepto por su tamaño.
Muy cerca encontramos un moai tendido, sin las cuencas de los ojos talladas. Las cuencas se tallaban una vez que el moai era depositado en el ahu y luego, se incrustaban los ojos tallados en coral blanco. Se piensa que se construyó, se trasladó, pero se abandonó ahí, no se sabe el porqué.

Dando la bienvenida al complejo, lo primero que vemos es otro moai, el llamado Moai Viajero. Se llamó así porque en 1982 viajó hasta Japón para una exposición. En 1986, este mismo moai fue usado por Pavel Pavel, ingeniero checo, para comprobar distintas teorías sobre el transporte de estos grandes colosos de piedra.

Pero aún quedan más sorpresas en la zona, nada más y nada menos, que petroglifos. En el primer grupo, se ven figuras de tortugas. En otro, llamado Papa Tataku Poki, se representan las victorias de las guerras entre clanes. Un tercer grupo ofrece imágenes del Hombre Pájaro y pájaros de la zona.

Se cree que este ahu tiene relación con el clan Hotu Iti, que se estableció en la zona y lo mandó construir poco a poco. Durante la guerra entre clanes, los moais fueron derribados al suelo. De hecho, los primeros navegantes europeos que llegaron ya cuentan que estaban derruidos. Se volvieron a reconstruir. Pero el fatídico día del 23 mayo de 1960, el peor terremoto registrado en la historia, con epicentro en Valdivia, provocó un tsunami que se llevó por delante, de nuevo, los moais. Gracias a Dios no se registraron muertes entre los isleños.
Aunque se tardaron más de 30 años en empezar los trabajos, por fin, en 1992, se creó un grupo de trabajo con expertos en distintas áreas. Se inició así uno de los programas arquitectónicos y de restauración más importantes a nivel mundial, dando como resultado, que, tras 4 años de intenso trabajo, los moais y la plataforma ceremonial fueran reconstruidas por completo en 1995.
Gracias a todo este trabajo, hoy en día podemos disfrutar de esta maravilla en todo su esplendor.
Los moais fueron construidos con Toba Lapilli, la piedra del más del 80% de los moais, la más práctica y útil para este tipo de trabajo, y que se sacaba del cercano Rano Raraku.
El nombre de Tongariki hace referencia a los vientos de la Isla de Pascua. El emplazamiento del ahu es de los más bonitos de toda la isla, y donde corre un viento suave. Aquí tendremos una vista casi perfecta del Volcán Poike, también de los 3 islotes Motu Maratiri y justo al frente el imponente Volcán Rano Raraku. La verdad es que la imagen de los moai con los acantilados en el fondo es realmente impresionante.

Quizás los días más especiales para visitar este ahu, sean el 21 de diciembre y el 21 de marzo (solsticio de verano y equinoccio de otoño). El sol sale directamente detrás del Ahu y la imagen que se tiene es de las que permanecen en la memoria para siempre. La imagen del sol poniéndose por detrás de los moais, tampoco tiene desperdicio.

En la zona no hay baños ni lugares para comer, así que hay que ir preparado.
Ahu Tongariki se encuentra a unos 20 km de Hanga Roa. Se puede llegar en un tour organizado, en bicicleta o en auto. Hay que ir bordeando la costa, dirección Anakena. Cuando se vea la indicación hacia el volcán Rano Raraku, hay que girar a la derecha. Se sigue durante otros 15 km hasta llegar al destino. Hay que dejar el coche en el parking de la entrada, al lado del moai viajero.

Ahu Nau Nau
Este ahu que es el centro de atención de la playa de Anakena. Es uno de los conjuntos mejor conservados de toda la isla, ya que después de que fueran derribados, se conservaron enterrados en la arena, lo que evitó su desgaste. Formado por siete moais, fueron erguidos de nuevo tras la restauración hecha por el equipo de Sergio Rapu en 1978.



Ahu Ature Huki
Es uno de los dos ahús que hay en la playa de Anakena. Formado por un sólo moai, que fue el primero que se volvió a levantar en la isla en tiempos modernos. Para la tarea, se necesitaron una docena de hombres, postes de madera, piedras y cuerdas. Fueron levantando poco a poco la gigantesca estatua sobre un cúmulo de piedras, haciendo palanca con los maderos hasta que pudieron asentarla en su lugar. Tardaron 18 días.

Ahu Vai Uri
Es el ahu más grande de los tres que están en el centro ceremonial de Tahai.
Es el que más sorprende a los visitantes, y está formado por una plataforma sobre la que están 5 moais, de tamaños y estilos diferentes y un pedestal sobre el que falta otro. Se cree que un moai cercano que está en el suelo, es el que corresponde a este moai.

Ahu Ko Te Riku
Es uno de los ahu que forman parte del centro ceremonial Tahai.
El Ahu Ko Te Riku es un moai de 5 metros de altura. Tiene un Pukao (gorro rojo sobre su cabeza), y dos ojos blancos construidos de coral blanco, tal cual como eran los ojos originales de estos gigantes.

Este es el único moai de toda Isla de Pascua que fue restaurado con sus elementos originales y que está 100% completo.
Ahu Tahai
Otro de los ahu del centro ceremonial de Tahai.
El Ahu Vahai mide aproximadamente 4,5 metros de altura y aunque está algo deteriorada por el paso del tiempo, sigue sorprendiendo con su imponente figura. Según los estudios arqueológicos, es el Ahu más antiguo de todo Rapa Nui. Sólo tiene un moai solitario.

Ahu Akivi
Imponente altar de 7 moais ubicados sobre un tradicional Ahu. Es uno de los de más importancia de la isla, por varias razones, y es que hay una serie de características que lo diferencian de otros. Una de ellas es que no se encuentra cerca de la costa y que las figuras son muy parecidas en tamaño y forma unas de otras, por lo que da una sensación de uniformidad que no tienen el resto de ahús.
Cada moai tiene una altura aproximada de 4,5 metros y unas 5 toneladas de peso.
Pero sin duda, lo más significativo de esta estructura es su orientación, ya que es la única plataforma que mira hacía el océano. Aún no se saben las razones.
Su construcción orientación norte-sur permitía a los locales conocer los cambios de estaciones y, en base a estos datos, tener más claro sobre los momentos más adecuados para las cosechas. Durante el equinoccio de primavera (21 septiembre), el rostro de los moais apunta directamente hacia el lugar donde se esconde el sol. De esta manera, sabían que comenzaba la primavera. Durante el equinoccio de otoño, el sol se pone por detrás del rostro de los moais, indicando cambio de estación.
Los estudios arqueológicos demuestran que la construcción de este Ahu comenzó a finales del siglo XV y se dividió en dos etapas (hasta final del siglo XVI). Primero se construyó la plataforma y un crematorio y, más tarde, se levantaron los moais. Se sabe que se tallaron en el volcán Rano Raraku, para luego ser trasladados aquí, a 15 km de distancia.

Gracias al trabajo por parte de William Mulloy, Gonzalo Figueroa y 25 pascuenses, finalizó la primera restauración completa de una plataforma ceremonial (ahu), en toda la isla, en 1960, y que tuvo lugar en este ahu. La majestuosidad de los 7 moais dio pie a una reconstrucción masiva de otros elementos de la isla. Gracias a ello, el mundo empezó a fijarse en la Isla de Pascua y a tomar conciencia de la importancia de la historia Rapanui.
El complejo está bastante lejos de Hanga Roa, así que lo mejor es venir en un tour organizado o en taxi, coche alquilado. Hay un parking, baños, puestos donde comprar algo de comida y una pequeña feria con artesanía.
Cuando visité la isla, en 2007, me acerqué hasta aquí con un par de amigos con los que durante ese día había hecho un trekking desde Anakena, recorriendo la costa y viendo diferentes restos arqueológicos y acantilados. Decidimos terminar el día viendo anochecer aquí y, desde luego, la elección fue perfecta porque el anochecer fue precioso. El taxista que nos llevó a la playa es el que nos recogió aquí a la hora acordada.
Ahu Akahanga
Ahu Akahanga, es una plataforma de aproximadamente 18 metros con 13 moais derrumbados tras las guerras internas que existieron entre las tribus de la isla.
Esta plataforma ceremonial no ha sido restaurada como otras de Rapa Nui, pero aún estando en el piso, los gigantes que la acompañan son sorprendentes y permiten conocer en un estado casi de exactitud pura, cómo eran cuando se construyeron.

Junto a los moais derrumbados, puede ver también un pequeño moai de no más de dos metros, con muy pocos detalles, muy diferente al resto de las estatuas, y que según los historiadores, fue uno de los primeros en ser construido en toda la isla.
Ahu Hanga Te´e
El Ahu Hanga Te’e se encuentra en la zona de Vaihu. A poca distancia de la entrada vemos un asentamiento compuesto por una plataforma ceremonial de gran tamaño. Este gran ahu, mide 86 metros de largo y 12 de ancho, soportaba ocho estatuas que ahora permanecen derribadas boca abajo sobre el terreno.
Este lugar, que no ha sido restaurado, constituye un buen ejemplo del denominado periodo huri moai o derribamiento de los moai. Esto tuvo lugar a partir del siglo XVIII, como consecuencia de las luchas internas entre los diferentes clanes de la isla. Los distintos clanes derribaban los moais de sus contrincantes.
Alrededor del ahu, se hallan los pukao, o tocados de piedra roja volcánica que coronaban las estatuas. Algunos rodaron hasta la costa y fueron recuperados hace unas pocas décadas.
Ahu Huri a Urenga
Este ahu es, quizás, el más atípico de todos. ¿ Por qué?, hay varios motivos.
El primero, su tamaño es muy grande para sostener un sólo moai (mide 13 metros de largo y 4,5 metros de ancho). Segundo, la forma del moai es muy parecida al los del resto de la isla, pero una vez que te acercas, se ve que tiene talladas 4 manos en vez de dos. Tercero, su ubicación en el interior de la isla, muy cerca de Hanga Roa, y no en la costa como la inmensa mayoría. Y cuarta, su orientación, ya que tanto la plataforma como el moai, apuntan directamente hacia el solsticio de invierno, es decir, hacia el punto exacto donde sale el sol cuando comienza el invierno (21 de junio). Además, hay un estanque de agua y unas piedras con orificios al lado, que servían para reflejar las estrellas y predecir eventos climáticos importantes.

El moai mide unos 4,5 metros y pesa unos 20 toneladas. Fue restaurado completamente en 1976 por William Mulloy.
Como ya hemos dicho, está cerca de Hanga Roa, por lo que se pude ir andando. Se tarda en llegar como media hora. Dirección playa de Anakena y, de nuevo, seguir las indicaciones. Está en una propiedad privada, por lo que para verlo, sólo hay que pasar un torno, pero no es necesario pagar la entrada al Parque Nacional.
Ahu Ura Uranga Te Mahina
Otro ahu, que encontramos camino de Ahu Akivi, en el que podemos ver varios moais derrumbados y un pukao al lado.


Ahu Hanga Te Tenga
Es el sitio del moai más grande al llegar a su ahu. El moai tuvo su «muerte» cuando cayó de cabeza cuando estaba siendo erguido.



Cuevas
Aunque parezca mentira, Rapa Nui es uno de los territorios con mayor cantidad de territorio subterráneo respecto a su tamaño, de todo el mundo. En muchas ocasiones, son un espectáculo de la naturaleza increíble y nos regalan unas vistas espectaculares.
Como todo en Isla de Pascua, las cuevas también se formaron por las erupciones de los volcanes que hay en ella. La lava atravesó las rocas y fue formando estos tubos gigantes que hoy son una visita obligada para todos los que van a la isla.
Hay varios tipos de cuevas en la isla:
- Cuevas de abertura grande, que no sirvieron de mucho a los nativos.
- Cuevas pequeñas, que sirvieron de refugio temporal para los pescadores.
- Cuevas con abertura y espacio grande, que sirvieron como viviendas para los primeros pobladores de la isla.
- Otras sirvieron para cultivar y se usaron como invernaderos naturales.
- Cuevas que sirvieron de refugio durante las guerras internas entre clanes, con piedras en su entrada para dificultar el paso de los enemigos.
Las cuevas son muy importantes para la cultura Rapa Nui. En una de ellas se estableció el primer rey de la isla, el rey Hotu Matu’a y formó su familia. En las cuevas, también los ancianos enseñaban a los jóvenes el arte de la pesca, así como su cultura, escritura y lenguaje. Llegaron, incluso, a usarse como cementerios.
Cuando se visitan cuevas, hay que tener una serie de precauciones, como llevar calzado adecuado, así como alguna linterna, ya que algunas son oscuras.
A continuación hablaremos de algunas de las más famosas de la isla.
Ana Kai Tangata
Es una cueva de origen volcánico, de las más interesantes y visitadas de toda la isla.
Es uno de los mejores lugares para admirar el arte rupestre en Rapa Nui. La mayor parte de las imágenes representan al Manutara o Gaviotín Apizarrado. Este ave migratoria, que anidaba en los motus frente a Orongo cada primavera, era consideraba sagrada. Era el principal icono en la ceremonia del Hombre Pájaro o Tangata Manu.

El sector de Mataveri, donde se encuentra Ana Kai Tangata, está estrechamente relacionado con la Aldea Ceremonial de Orongo. Durante el mes de julio, aquí se instalaban los grupos que participaban en la competencia del Tangata-Manu. Más tarde, ascendían por la ladera del volcán Rano Kau, hasta Orongo, donde se realizaba la competición..
Este tramo se llamaba “Te Ara o Te Ao» o “El Camino del Mando”. En Septiembre, cuando el primer huevo era capturado, se otorgaba el título de hombre-pájaro al ganador, y entonces, el elegido descendía con el Ao (bastón de mando) en su mano, mostrando así su victoria y poder adquirido.
Este antiguo rito basado en la recogida el primer huevo del manutara, parece haber inspirado muchos de los motivos encontrados en la cueva. Otras imágenes muestran canoas polinésicas y otras, barcos europeos con mástiles. Durante un periodo de la historia de la isla, los isleños consideraban a los europeos, como mensajeros del más allá. Como las aves migratorias, solían aparecer en primavera.
Desgraciadamente, el estado de conservación de la imágenes no es muy buena, tanto por la humedad, el salitre, desprendimiento y, lo peor de todo, el robo de trozos por parte de visitantes.
Para llegar a la cueva, hay que bajar unas escaleras talladas en el acantilado, por lo que hay que ir con el calzado adecuado. No recomendado para personas mayores ni con movilidad reducida. Hay que tener cuidado con los posibles desprendimientos.
La cueva se encuentra a unos 2 km al sur de Hanga Roa, por lo que es fácil llegar andando siguiendo la línea de la costa. Si se va en coche, éste se ha de dejar como a 100 metros después de la entrada el hotel Iorana. También es posible ir en un tour organizado.
Ana Kakenga
Esta es otra de las cuevas más conocidas y visitadas de la isla. También conocida como «la cueva de las dos ventanas», porque unos metros después de entrar a ella, se divide en dos pasillos. Cada uno de los pasillos, termina en una ventana, a unos 30 metros de altura sobre el mar. Las vistas son increíbles.
Durante las guerras que hubo entre los distintos clanes de la isla, esta cueva se usó como refugio.

El nombre no se sabe con certeza de donde procede, pero se cree que hace referencia a una pareja a la que se le prohibió formar una relación con motivo de la lucha entre clanes. La pareja, buscando un refugio donde poder esconderse, encontró la cueva y permaneció en ella hasta su muerte. Sus familias encontraron los cuerpos meses después. Tras ello, decidieron reconciliarse y acabar con sus luchas. La historia no se si será real o no, pero es muy bonita y triste a la vez.
Se puede visitar en un tour, o si no, por cuenta propia. Está a unos 7 km de Hanga Roa. Hay que tomar el borde costero y seguir las indicaciones.
Ana Te Pora
Es una visita totalmente prescindible si se están muy pocos días. Esta cueva tiene unos 60 metros, con una gran sala a la entrada y una especie de cama rectangular hecha de piedras. Se cree que se usó como altar para los muertos ya que se han encontrado restos humanos. Después de pasar esa «cama», el espacio se reduce y habrá que ir agachado y con una linterna, hasta que unos metros después, se verá una luz procedente del exterior. Es la otra entrada a la cueva. Se puede salir por ahí, pero es un poco arriesgado ya que habrá que trepar por piedras. Lo más seguro es volver por retrocediendo por el mismo camino. A mitad del mismo, hay un pasillo, bastante oscuro, que nos llevará a una tercera salida, también arriesgada, sobre un acantilado.
Esta cueva está bastante cerca de la de Ana Kakenga (a unos 400 metros).
Ana Te Pahu
Con 7 km de longitud, es la más grande de toda la isla. Conocida como «la cueva de los plátanos», ya que la entrada está cubierta por ellos.
La entrada es enorme. A una de las primeras sorpresas se llega tras seguir un pasillo a la izquierda de la entrada. Es un árbol que crece dentro de la cueva y que sale hacia el exterior por un agujero en el techo.
Tras regresar a la entrada, el camino de la derecha lleva a un gran túnel que tiene unas barreras de piedra y que servían de protección frente a los enemigos. Si se sigue por esta oscuro pasillo, de repente, aparece de nuevo la luz y es que, hay un tragaluz en el techo que permite la entrada de luz natural. Encontraremos otro árbol así como un horno que los nativos usaban para cocinar. Se puede continuar, pero el pasadizo se vuelve muy pequeño y oscuro. El camino será largo y en ocasiones resbaladizo.

Sirvió como casa para los primeros habitantes de la isla, como sitio para cocinar y como lugar para recolectar agua. Durante las luchas entre clanes, sirvió de refugio, convirtiéndose en la cueva donde convivieron más familias juntas.
Como en las demás cuevas, hay que ir con linterna y calzado adecuado.
Esta cueva se encuentra a apenas unos metros de Ahu Akivi.
Volcanes
Los volcanes son una parte muy importante de la Isla de Pascua, no sólo porque formaron la isla, sino porque también, gracias a ellos, la cultura Rapanui pudo desarrollarse. De ellos se sacó la materia prima para construir los moais y los pukaos, así como para construir herramientas que le permitieron sobrevivir.
Rano Kau
Increíble cráter volcánico de más de un kilómetro de diámetro. La imagen que se tiene desde arriba, con la laguna interior, las paredes del volcán que llegan hasta ella y el mar de fondo, no tiene precio.
Es una de las imágenes que más me impresionaron de la isla. Las laderas son impresionantes, una, la del lado norte y que da al interior de la isla, baja en una suave pendiente y llega casi hasta el aeropuerto. Las del lado sur y suroeste, por efecto de la erosión, tienen acantilados de 300 metros de altura. En este lado, destaca un enorme bocado en la pared volcánica de 400 m de amplitud conocido como Kari Kari, por donde el flujo de lava se derramó al océano, y con conexión directa al mar.

Rano, en idioma Rapa Nui, nombra a cualquier volcán con agua en su interior y, Kau, significa «abundancia de agua», lo que describe a la perfección a este precioso volcán.
La laguna interior se formó al acumularse agua de lluvia en el interior del cráter extinto. Es de unos 10 metros de profundidad y está recubierto de plantas y flores. Está a unos 200 metros del borde superior. El interior del cráter, gracias a esas enormes paredes que lo protegen del viento y guardan humedad, propiciaron que sea un «invernadero» natural, con un microclima que permitió el cultivo de ciertas especies a los nativos. Algunas plantas endémicas de la isla, consiguieron conservarse en esta zona, mientras que en el resto de Rapa Nui, desaparecieron debido a la sobreexplotación.

El mejor punto para admirarlo con todo su esplendor es en el mirador. A este volcán fui con un tour organizado por mi hotel, y llegamos andando por el camino que hay en la ladera norte.

Una opción menos común, es hacer el trekking de unos 3 km, hasta Vai Atare, que lleva hasta el otro lado, dando la posibilidad de ver desde otros sitios el cráter, ver los tres motus, los acantilados por donde bajaban los participantes en la competencia del Hombre-Pájaro, así como ver, de frente, Orongo. Vai Atare parece ser que fue el sitio donde se tallaban las losas con las que se construían la casas. Hay que coger el sendero que sale a la izquierda del mirador.
Si bordeamos el cráter hacia el sur, nos encontramos con la aldea Ceremonial de Orongo, con todo lo que representa para la cultura Rapa Nui. El guía nos fue explicando un poco de las costumbres de la isla, del mito del hombre pájaro y sobre los moais.
Este volcán no es «sólo» un volcán, ya que ha tenido mucho importancia en la «vida» de la isla de Pascua. Fue uno de los tres volcanes que con sus erupciones la formaron. Gracias a los restos de Obsidiana, los nativos pudieron fabricar herramientas y armas para cazar y pescar y, además para ellos, fue una fuente importante de agua dulce. Según algunas leyendas, el primer rey Hotu Matu’a, decidió pasar sus últimos días en la ladera del volcán, donde se han encontrado petroglifos y restos de casas.
Es aconsejable llevar algo de ropa de abrigo, como una chaqueta, por el viento que suele haber en la cima. Nosotros tuvimos suerte y la verdad es que hizo muy buen día. Hay que llevar agua y recordar que no hay baños.
El Rano Kau es uno de los sitios de entrada libre, no es necesario comprar la entrada al parque para visitarlo. Para ir a Orongo, si.
Llegar por cuenta propia es muy fácil. Si alquiláis un coche, tan sólo hay que seguir las indicaciones desde Hanga Roa. Carretera del aeropuerto, se gira a la derecha, pasando por la única gasolinera de la isla, así que si necesitáis repostar, es el momento. Se sigue el camino hasta arriba, hasta llegar al parking. En este camino, está el «mirador de la isla». Si se llega andando, ha que tomar el sendero Te Ara o Te Ao, que sale de los jardines del Conaf. En el trayecto, de una hora de duración, se pasa por la cueva Ana Kai Tangata.
Rano Raraku
Este es uno de los lugares con un pasado arqueológico más importantes del mundo. Es el sitio donde se elaboraron los moais, las impresionantes estatuas talladas que han hecho famosa a la Isla de Pascua.
Rano significa volcán con una laguna interior, mientras que Raraku, es «rayado o acanalado», en referencia a los grandes surcos que presenta la cara sur de la montaña.
Situado a unos 20 km de Hanga Roa, muy cerca de la península de Poike y a un km escaso de la Bahía de Hanga Nui, que es donde está el ahu Tongariki, la visión desde este último lugar, es preciosa.

El volcán, que se formó hace 300 000 años, tiene 160 metros de altura en su borde sureste. El cráter, de forma elíptica tiene un diámetro máximo de 700 metros, y alberga una laguna interior de agua dulce, de 3-4 metros de profundidad. La ladera norte tiene una suave inclinación, mientras que la que mira al mar, tiene un corte abrupto, formando un acantilado.
La característica que diferencia a Rano Raraku del resto de volcanes de la isla de Pascua, y de ahí deriva su importancia, es que está compuesto por un tipo de roca llamado toba lapilli. La toba es una roca porosa que se forma por la acumulación de ceniza volcánica, que al enfriarse, se compacta y endurece. Bajo su superficie, esta roca es poco dura, por lo que los nativos la eligieron para esculpir los moais con ella.
Lo curioso es que la mayor parte de la toba se encuentra concentrada en la mitad sureste del cono, coincidiendo con la pared vertical, y apenas hay en la mitad norte.
Como consecuencia de estas características geológicas, Rano Raraku se convirtió en la cantera de la inmensa mayoría de los casi 1000 moais que se construyeron en Isla de Pascua.
Muchos de ellos fueron transportados desde aquí a otros lugares de la isla, para después ser elevados y colocados en sus ahu. Otros, casi 400, permanecen en la ladera del volcán y alrededores, algunos sin ser terminados y otros, descansando a los pies del volcán, en distintas posiciones.

La imagen con tantos moais alrededor es una maravilla. En pocos lugares del mundo se puede experimentar esta sensación de grandeza.

A unos 100 metros de la entrada, hay una bifurcación que conduce al interior del cráter. Si se continua unos 300 metros más, hay un hendidura en el cráter, que conecta la ladera exterior con la interior, en cuya entrada hay un moai tendido. En la ladera interior del cráter, hay unos 90 moais, de los que 70 están semienterrados.

Hasta hace pocos años, se podía recorrer el sendero que ascendía hasta la cumbre, pero ahora se ha prohibido para preservar las figuras y por la peligrosidad. Muchas cosas han cambiado en Isla de Pascua desde que yo fui.
Otra imagen preciosa es la de la laguna interior, donde suelen pastar caballos. Es uno de los humedales de la isla y una importante reserva de agua, que era utilizada por los habitantes de Rapa Nui.
En la actualidad se ha secado debido al incendio de octubre de 2022 y la escasez de agua. Ello ha propiciado el reciente descubrimiento de un nuevo y pequeño moai en el fondo de lo que era la laguna interior del cráter.

Tanto en el cráter como en la laguna, hay flora autóctona y juncos de totora, que son usados actualmente para hacer artesanías y hacer las balsas de juncos que usan en el Tapati.
La verdad, es que es uno de esos lugares mágicos y uno de los imprescindible que ver en Isla de Pascua.
Triatlon de la Isla de Pascua
Durante el Festival Tapati que se celebra en febrero de cada año, el volcán Rano Raraku vuelve a convertirse en un lugar importante durante un día. Se celebra el Tau’a Rapa Nui, una competición que consta de tres disciplinas, tradicionales, que se han unido para dar lugar a este triatlón tan particular.
El recorrido total son unos 3 km. La primera prueba, se llama «Vaka Ama”, que consiste en cruzar la laguna del cráter remando con balsas hechas de totora. Al llegar a la orilla, comienza el “Aka Venga”, en la que se cuelgan sobre el cuello dos cabezas de plátanos que pesan unos 20 Kg, y con las que tienen que correr alrededor del lago. Finalmente, tienen que atravesar otra vez el lago nadando con la ayuda de un flotador de fibras de totora llamado “Pora”. Los ganadores sumarán puntos que servirán para que su pareja candidata pueda conseguir el reinado de la Tapati.
Para realizar la visita a este volcán, de nuevo, recomendamos llevar ropa y calzado cómodo y, sobre todo, no olvidarse del ticket del Parque Nacional. Este da derecho a visitar una sólo vez el Rano Raraku, así que hay que aprovechar muy bien la visita. (09:00-18:00). Llevar comida y bebida no es imprescindible, puesto que aquí hay un pequeño puesto donde vender, así como baños. También hay un puesto de artesanías, a precios similares a los de Hanga Roa.
Terminantemente prohibido salirse de los senderos y tocar los moais, bajo pena de fuertes sanciones. Prohibido también ascender a la cumbre, por el peligro.
En cualquier hora del día se pude hacer la visita, pero quizás al atardecer sea especial, ya que la luz del sol ilumina a los moais.
Volcán Puna Pau
En este pequeño volcán extinto, en el interior del cráter hay una cantera de escoria roja (hani hani), que sirvió de materia prima a los rapanuis.
La escoria roja es un tipo de ceniza volcánica, con gran porosidad y escasa dureza. El color rojizo es debido al óxido de hierro presente en su composición. Este material blando y fácil de tallar, se usó para fabricar algunos objetos, como estatuas u ojos de moai.
Sin embargo, el trabajo por el que más reconocido es este volcán, es por la elaboración de los pukaos (sombreros cilíndricos de algunos moais). Se calcula que una tercera parte del cráter del Puna Pau fue usado para la elaboración de los pukaos, sobre todo entre los siglos XIV y XVII. La ladera sur del volcán, fue el origen de la mayor parte de los «sombreros» de los moais. Asún se pueden ver algunos afloramientos de escoria roja en ese lado. La forma que tiene hoy en día el Puna Pau es el resultado de esos trabajos de extracción.
Parte de la importancia de este volcán puede deberse a que en la cultura Rapa Nui, el color rojo se asocia a ritos sagrados y a la fuerza espiritual o mana. Tanto, que este volcán se llegó a considerar un lugar secreto y sagrado.

Para la visita, hay que recordar comprar y llevar la entrada al Parque Nacional. La entrada está justo al frente del parking. De ahí parte un sendero muy corto, en el que veremos los primeros pukaos y se sube hasta un pequeño mirador. Desde ahí, a un lado se ve la cantera interior del cráter y, al otro, hay vistas de Hanga Roa, del océano y de campos de cultivo.
Está terminantemente prohibido salirse del camino, tocar los pukaos o bajar al interior del cráter. Aconsejable llevar agua, algo de comida y recordar que no hay baños.
Si no se llega en tour organizado, habrá que hacerlo en coche o bicicleta. Es fácil llegar, porque, como la mayoría de sitios de la isla, está todo muy bien indicado. Hay que ir por la avenida Hotu Matu’a (donde está el aeropuerto de la isla) y luego girar a la izquierda en la calle Vaitea. Con esos dos puntos de referencia sólo deberás seguir derecho y seguir las indicaciones que están muy claras en todo el camino.
Maunga Terevaka
Con una altura de 511 metros, es el punto más alto de Isla de Pascua y un lugar perfecto para disfrutar de las vistas y contemplarla en su mayor esplendor.
Es uno de los tres volcanes, junto con el Poike y el Rano Kau, que con sus erupciones dieron lugar a la formación de lo que es la Isla de Pascua. Por suerte, actualmente permanecen inactivos. Situado en el extremo norte del triángulo que forma la isla, tiene varios cráteres, siendo el más importante el Rano Aroi, así como varios conos parásitos, como el Maunga HIva Hiva, que fue el último en expulsar lava, el Maunga Tangaroa, o el Maunga O Tu’u, entre otros. A sus faldas, se formaron multitud de cuevas, como Ana Te Pahu, Ana Te Pora y Ana Kakenga.
Tuvo una relevancia importancia en la vida de los pascuences. En los alrededores se han encontrado restos de ahu y de centros ceremoniales. Su significado en lengua rapanui es “extraer o tirar canoas”, y se cree que proviene de la época en la que el monte estaba cubierto de árboles, que eran usados para conseguir la madera.
A los pies del Terevaka también se han encontrado los restos de unas 400 casas, de entre los años 800-1300 d.c. Se piensa que eran donde vivían los constructores de la canoas y de las maderas que usaban para transportar los moais.

A pesar de que en la isla no hay ríos ni arroyos, por el Terevaka si que hay un flujo intermitente de agua, por la quebrada Ava Ranga Uka, desde una pequeña laguna, llamada Vaipú cercana a Rano Aroi, y que desciende hasta niveles inferiores. En esa zona crecen muchos helechos y flora endémica. Entre los años 1300 y 1600 había dos represas y un estanque de piedra, que sugiere que los lugareños tenían control sobre el agua para abastecer a sus cultivos.
A escasos metros de las represas y el estanque, hay un ahu, el Hanua Nua Mea,( ahu del arco iris), situado en el centro geográfico de la isla, a 200 metros de altura y con un único moai. Este moai, derribado, tiene la particularidad de que no tiene talladas las cuencas de los ojos.
Actualmente algunas agencias de Hanga Roa ofrecen tours para conocer este volcán, ya sea ascendiendo a la cumbre haciendo un trekking o a lomos de un caballo. También es posible venir por cuenta propia. Hay dos accesos disponibles en la base desde los que comenzar la ascensión. El más común, a escasos metros de Ahu Akivi. El otro, frente a las instalaciones de Fundo Vaitea. Se puede llegar en coche, bici o andando.
Sea cual sea la forma de llegar hasta los puntos de acceso, la ascensión se debe continuar a pie, caballo o bicicleta, en un recorrido que dura unas 4 horas. Desde Ahu Akivi son unos 3,5 km, mientras que desde Vaietea, serán unos 4,5. Cerca de la cumbre hay varios cráteres que sobresalen entre los pastizales y que a veces pueden despistar. El punto más alto de la isla se sitúa más al norte y está señalado por un montón de piedras y palos, y suele estar coronado por un cráneo de caballo.
Volcán Poike
Es, de los tres volcanes que dieron lugar a isla de Pascua, el más antiguo de todos. Si significado, «Lugar donde se quiebra la noche», da idea de su ubicación, que es el extremo mas oriental de la isla.
Ahora permanece inactivo. Tiene un cráter principal, en forma de cono, llamado Pua Patiki, de unos 150 metros de diámetro y en cuyo interior crece un pequeño bosque de eucalipto, ya que permanece seco. Aquí se alcanza una altura máxima de 460 metros. Hay una amplia llanura en ligera pendiente, cubierta de pasto, que termina en de repente en unos acantilados de unos 100.
Se ha averiguado que toda esta zona, estaba cubierta antiguamente por una gran cantidad de vegetación, sobre todo palma chilena, que cubrió el 70% de la isla.
Hacía el año 1100, varios grupos de pobladores de la isla, se establecieron por la zona, para ampliar las zonas de cultivo. No se sabe el por que, pero los habitantes del Poike, apenas participaron en los trabajos de construcción de los moais. Tan sólo dos de los moais de aquí, se hicieron con toba procedente del Rano Raraku. El resto, son de traquita blanca, del Poike.
A pesar de su aislamiento, la comunidad prosperó tanto que su número creció demasiado y a finales del siglo XIII, se necesitaron nuevas áreas de cultivo para producir más alimentos. Como consecuencia, en apenas 200 años se produjo la deforestación de la zona y la pérdida de todos los árboles.. En 1500, el terreno estaba sin vegetación, inservible y deforestado. Como consecuencia, los habitantes tuvieron que irse hasta sus lugares originales. Fue un presagio de lo que después ocurriría con el resto de Isla de Pascua.
A pesar de ser uno de los lugares más afectados por la erosión, desde el 2006 se están llevando a cabo labores de reforestación.

Uno de los lugares de interés es la franja de Poike, donde tuvo lugar la batalla del mismo nombre entre clanes rivales. Otro atractivo son Los tres ma’ungas, la «cresta» del Poike, formadas por la superposición de flujos de lava.
La traquita blanca de la zona, se utilizó para tallar varios moais. Se han encontrado también, en la cima de las tres lomas, restos de ahu. Los Ahu Vai a Heva, Ahu Riki Riki y Ahu One One, son los más importantes de esta zona.
Otros restos encontrados son hornos y cavidades talladas en la roca, con el fin de recoger agua.
La colina en forma de cúpula más próxima a la cima del Pua Katiki se llama Ma’unga Vai a Heva, en honor a una enorme cabeza que los nativos tallaron en la roca, con la boca abierta, seguramente para recoger agua. Según las leyendas es una especie de Fuente de la Eterna juventud, puesto que el que bebía de ella, siempre se conservaba joven.
En el extremo noroeste de la península de Poike, hay dos rocas volcánicas que se usaron como observatorios astronómicos. Se llaman Papa Ui Hetu’u («Roca para ver las estrellas») y, «mapa de estrellas». Este último tiene varios agujeros que representan a la constelación de las Pléyades. Este es el único lugar de la isla donde se puede ver salir y ponerse al esa constelación, que era muy importante para los polinesios, ya que su posición en el cielo, marcaba las estaciones y el año nuevo.
También la península de Poike alberga alguna de las cuevas más inaccesibles y legendarias de la isla. Para llegar a ellas, hay que subir por acantilados, por lo que sólo los más intrépidos se atreven a visitarlas hoy en día. La más famosa es Ana o Keke o cueva de las vírgenes. Situada a 90 metros sobre el nivel del mar, es una cueva de casi 400 metros de largo, con una altura máxima de 2 metros, pero que en su mayoría, apenas alcanza los 30, obligando a arrastrarse para continuar. En ella, se recluían a jóvenes, para que permanecieran pálidas y delgadas, ya que no veían la luz del sol y apenas se las alimentaba. Era la manera de prepararlas para futuros ritos religiosos o sexuales relacionados con la fertilidad.
Ana More Mata Puku, es otra cueva. Esta es más pequeña y en ella se recluía a jóvenes que después participarían en ritos relacionados con la ceremonia del Hombre Pájaro.
Como anécdota histórica, el Poike es donde un destacamento español proclamó la posesión de la Isla de Pascua para el rey Carlos III, y dio a la el nombre de Isla d San Carlos, acepción que no tuvo mucho éxito. El acta de ratificación, es el primer documento escrito que contiene signos parecidos a los de la escritura de las tablillas de Rongo Rongo.
Para visitar esta zona, lo más recomendable es contratar una excursión, ya que las zonas de mayor interés son difíciles de encontrar sin un guía. Recordad llevar la entrada al Parque Nacional. No hay ningún puesto específico donde mostrarlo, pero los guardaparques pueden pedirla en cualquier momento. Como siempre, recomendable llevar ropa, calzado cómodo, algo de abrigo por si hay viento y protección solar. Evitad hacer la visita, si es posible, en las horas centrales del día. Sabed que no hay ni baños ni puestos de alimentación.
La visita, si se tiene la suerte de que el día está despejado, será memorable por las increíbles vistas de las que se gozarán en la cima. Podremos distinguir en Rano Kau, el Rano Raraki e incluso, Ahu Tongariki. Sin duda, una preciosa experiencia.
Playas
Playa de Anakena
Es la mayor playa natural de arena blanca de la isla de Pascua. Considerada la cuna de la historia y la cultura de la isla, ya que, según la leyenda, fue aquí donde desembarcó el primer rey Hotu Matu’a, fundando el primer centro poblado, que dio lugar a la cultura rapanui.
Ideal para el descanso y el ocio. Perfecta para darse un baño en cualquier época del año, ya que sus aguas permanecen a unos 20 ºC, con pequeñas variaciones. Todavía permanece más o menos virgen, con pocos bañistas. Es posible comer allí, ya que hay una zona de picnic con mesas y varios puestos atendidos por familias locales donde preparan comidas. Zona de parking, baño públicos y un puesto de Información y control del Parque Nacional Rapa Nui.
Pero no sólo llama la atención por sus aguas cristalinas y la arena blanca, sino también por sus vestigios arqueológicos. De ellos, destacan el Ahu Nau Nau y el Ahu Ature Huki.
Llegar es sencillo, ya que se encuentra a unos 18 km de Hanga Roca.
- En coche se tardan unos 20 minutos si se va por la carretera que cruza la isla. Si se va por la carretera de la costa, hay que saber que está en peor estado. Por contra, se puede ir parando para disfrutar de algunos sitios de interés arqueológico.
- Si se hace con un taxi, cuesta unos 20 000 pesos. Como no hay cobertura telefónica, hay que coordinar con el taxista la hora de la vuelta.
- Otra alternativa, es mediante una bicicleta alquilada, tardando alrededor de hora y media. Para la ida, es mejor ir por la carretera que cruza la isla, porque al final hay una bajada. Para el regreso, mejor la carretera de la costa. El trayecto durará más tiempo, pero se disfrutará de la vista de los acantilados y se podrá parar en los hitos arqueológicos.
En esta playa se han encontrado un par de objetos de gran interés. Uno es un moai femenino y el otro, un ojo de coral blanco. Fue la primera vez que se encontró un ojo original de moai. Se cree que la colocación de los ojos en los moais, devolvía el poder espiritual de los ancestros a la materia inerte. Actualmente se encuentran en el Museo antropológico de Isla de Pascua.
Cuando yo fui a la isla de Pascua, en mayo de 2007, no había nadie más en la playa y, que viéramos, ningún sitio para comer. ¡Como ha cambiado todo!.

Playa Ohave
Esta es una playa aislada, que permanece virgen y en la que no está permitida el baño, debido a su fuerte oleaje. Es un remanso de paz e ideal para pasar unas horas en solitario.
Una de las características de esta playa, es que tiene la arena de un color rosa preciso. Esto es debido a los acantilados de origen volcánico que la rodean y que comparten su tonalidad (los acantilados tiene un fuerte color rojizo). Aquí el agua es aún más transparente que en Anakena y algo más tibia.
Llegar es complicado. Está a 18 km de Hanga Roa y a 1,5 dirección sudeste de Anakena. No hay tours que lleven hasta la playa. Se puede ir andando desde Anakena, o en coche/taxi. El último tramo, de cualquiera de las maneras, hay que hacerlo caminado sobre un tramo de roca volcánica, por lo que habrá que llevar calzado adecuado. Si sube la marea, parte de las rocas serán parcialmente cubiertas por el agua, lo que dificulta la vuelta. Hay que tener mucho cuidado.
Playa Pea
Es una pequeña playa que está en Hanga Roa. Del lado izquierdo hay un rompeolas y una piscina natural de piedras. No hay mucha profundidad, por lo que es ideal para los más pequeños de la familia.
La playa es perfecta para hacer surf, y pasar avistar tortugas, ya que es el lugar de la isla con mayor cantidad.

A unos pocos metros, podemos ver el Ahu Tautira, con un único moai. Seguramente éste sea el primero que los visitantes vean a su llegada a la isla de Pascua.
Hanga Roa
Hanga Roa es el único lugar habitado de Isla de Pascua. Con apenas 7000 habitantes, en esta pequeña ciudad vive el 90% de la población total. Aquí se concentra toda la vida de la isla, siendo el centro de todas las actividades económicas, culturales y sociales. La mitad de la población son nativos rapanuis, y el resto, chilenos, con sólo unos pocos extranjeros.
Situada a apenas 5 minutos del aeropuerto, Hanga Roa está muy cerca tanto del volcán Rano Kau como del Terevaka. Está muy cerca también de los dos únicos puertos de la isla, el Otai y Hanga Piko.
Con apenas dos hectáreas de extensión, está formada por dos avenidas principales y algunos otros sitios interesantes:
- Atamu Tekena: Calle principal donde encontraremos restaurantes, la Armada de Chile, farmacias, LATAM, hoteles y la municipalidad. Lleva el nombre del último rey conocido de la isla. Es la que lleva al aeropuerto.
- Te Pito o Te Heuna: Su nombre significa «el ombligo del mundo». Es la segunda avenida más importante, es la que va desde la caleta de Hanga Roa Otai, hasta la iglesia de Santa Cruz. En esta calle encontraremos Correos, los Bomberos, el colegio, así como más restaurantes y hoteles.
- Borde costero: Ideal para pasear, comienza en la ladera del Rano Kau, continua por el puerto de Hanga Piko, palya Pea y caleta Hanga Roa. En este paseo está uno de los Banco, el estadio municipal y el centro cultural Tongariki.
- Plaza Policarpo Toro-Atamu Tekena, la plaza donde confluyen ambas avenidas principales
Aunque ahora Hanga Roa es el único lugar habitado de la isla, esto no siempre ha sido así, ya que los nativos ocuparon y vivieron en todo el territorio de la isla. Se repartían el territorio entre los distintos clanes familiares que la regentaban.
¿Por qué entones Hanga Roa es actualmente el único asentamiento?. Tiene una clara explicación. En el siglo XIX, ya siendo la isla parte del territorio chileno, el gobierno alquiló el terreno a una empresa escocesa, dedicada a la cría de ovejas, que lo que hizo fue limitar a sólo 1 km a la redonda, el espacio por el que podían moverse los isleños. De esta manera, el resto de la isla quedó deshabitada y dedicada a la explotación ganadera.
La empresa, incluso llegó a construir muros y puertas de acceso al lugar donde estaban recluidos. Poco a poco, esta zona se fue convirtiendo en lo que hoy en día es Hanga Roa. Se le bautizó así porque significa «bahía larga», en referencia a la forma del lugar donde estuvieron encerrados muchos años. Así, la segregación y aislamiento, continuaron hasta 1964, en que los pascuences se rebelaron contra la Compañía Explotadora de Isla de Pascua, llamando la atención del Gobierno chileno.
No más represión, libre circulación por toda las zonas, y libertad absoluta sobre su tierra. Todas estas medidas fueron recogidas bajo la ley chilena que se llamó, «Ley Pascua», en 1966. Los habitantes de la isla, adquirieron la ciudadanía chilena con todos sus derechos. Debido a ello, se produjeron grandes cambios, tanto a nivel social, político como cultural. Empezó un gran desarrollo de la isla, con un nuevo estilo de vida más moderno, con mestizaje y dirigida al turismo, que es de lo que actualmente vive la mayor parte de la población isleña.
Aunque se había conseguido la libertad, los isleños ya se habían acostumbrado a vivir en la zona y se mantuvieron en el lugar. Así es como llegó Hanga Roa a convertirse en el único asentamiento poblado de Rapa Nui.
En esta pequeña ciudad, hay varios lugares interesantes para ver:
- Iglesia Isla de Pascua: Lugar ideal para ver como la religión cristiana se mezcla con la cultura tradicional Rapanui. Aunque las figuras del interior son cristianas, tienen formas parecidas a los moais.
- Puertos de Hanga Roa. Aunque hay 5 puertos, dos son los más importantes:
- Puerto Hanga Roa Otai: Uno de los lugares con más vida de todo Hanga Roa. Al llegar, vemos una plaza, Plaza Hotu Matu’a, donde está un moai, traído desde otro lugar de la isla y bancos. Es un buen sitio para ver como los pescadores traen sus capturas o como llegan barcos de pasajeros. También en el puerto veremos una imagen de San Pedro, imagen de los pescadores. Desde este puerto se puede reservar un tour de buceo, puesto que hay centros de submarinismo. Yo hice un par de inmersiones y recuerdo las aguas con la mayor visibilidad que he tenido en mi vida. Excelente zona para comer en cualquiera de sus restaurantes, la Kaleta, de los mejores de Chile o en La Taberne du Pecheur . El puerto es fácil de encontrar, ya que está al final de la calle Te Pito O Te Henua, justo donde se cruza con la calle Policarpo Toro.
- Puerto Hanga Piko: Aquí está la Asociación de Pescadores Artesanales de la isla. El oleaje es más fuerte que en Hanga Otai, por lo que no llegan grandes barcos. Aquí se pude bucear, hacer snorkel, o simplemente contemplar como llegan los pescadores tras un día de trabajo o como los jóvenes compiten en carreras de canoas. También es posible comer aquí, ya Tataku Vave, de los mejores de Isla de Pascua, o en el Mahia, que tiene una gran terraza. Hay dos formas de llegar. Una es ir por el borde costero, por la calle Pont y seguir luego por la calle Apina, o ir por el centro de la ciudad, siguiendo la calle Atamu Tekena y luego por la avenida principal Hotu Matu’a.
- Mercado artesanal: Donde podremos comprar recuerdos hechos por los artesanos de la isla, ya sea con madera o con piedra. Recuerdo que compré un par de moais, un platillo de madera, una caja y un par de máscaras. Los precios, al menos entonces (2007), no eran baratos precisamente, pero bueno, una vez en la vida merece la pena. venden cosa más asequibles como collares o pulseras. Está a tan sólo unos pasos de la Iglesia, por lo que es fácil de encontrar.
- Hanga Vare Vare: Este sector es un centro cultural al aire libre donde los isleños hacen conciertos, bailes, misas, encuentros o muestras de cocina tradicional pascuence. Hay un gran jardín, donde pastan caballos, el moai de la Paz, la piscina natural de Poko Poko, de poca profundidad y el Ahu O’Rongo (sin moais). Del lado del cementerio, hay 7 esculturas de metal llamadas «Hitu Merahi», que representan a los arcángeles cristianos. Este lugar es de los mejores para ver anochecer. Hay buenos restaurantes para comer, como el Au Bout du Monde, o el Dónde la Tía Sonía. Hanga Vare Vare está en la calle Policarpo Toro (bordeando la costa) a sólo 300 metros de la caleta Hanga Roa Otai.

- Cementerio: Lugar perfecto para ver la mezcla de tradiciones cristianas y de Rapa Nui. Cruces, moais y lápidas se entremezclan. Se encuentra cerca de la costa, en la calle Policarpo Toro.
- Estadio municipal: Único lugar de la isla preparado para la práctica de deportes. De uno exclusivo de los isleños, algunos turistas se acercan para verles jugar al fútbol, rugby, atletismo o hockey sobre hierba.
- Jardín Botánico: Donde poder admirar más de 1200 especies distintas de flores y plantas, ya sea de la isla como del resto del mundo. Abre de lunes a sábado, de 09:00-18:00, con un precio de $4000. Está en la misma Hanga Roa.
- Feria de Hanga Roa: Lo primero que se va al llegar es un largo muro, donde los pescadores muestran u venden sus capturas. Hay que ir pronto, porque si no, los hoteles y restaurantes ya habrán comprado la mayor parte. Una vez dentro, se divide en dos zonas, la de la derecha dedicada a la artesanía, ropa y recuerdos de la isla, y la de la izquierda, con puestos de fruta y verdura. Situada en la calle Atamu Tekena, frente a la farmacia Cruz Verde, cerca del aeropuerto. Horario: Lunes a Domingo: De 9:00 a 13:00 h y de 16:00 a 20:00 h
- Museo de Isla de Pascua: También llamado el Museo de Sebastián Englert, contiene más de 20 000 objetos de la cultura de Rapa Nui. Herramientas de tallado, anzuelos, adornos e incluso un ojo de coral de un moai, son parte de lo que podemos encontrar en este Museo. También destaca «una moai», una de las 12 únicas figuras femeninas que se han descubierto. Por desgracia, las tablas Rongo Rongo (escritura Rapa Nui), son réplicas, ya que todas las originales están repartidas por el mundo. De acceso libre, sólo puede visitarse de martes a domingo. Está muy cerca del Centro Ceremonial de Tahai,
- Aeropuerto de Mataveri: Significa «ojos bonitos» y es el aeropuerto más remoto del mundo y principal punto de entrada de los turistas. Tiene tiendas de souvenir y un bar-restaurante, así como una zona dónde hacer reservas hoteleras o de transporte a Hanga Roa. Se le considera el aeropuerto más remoto del mundo porque el más cercano es el Mangavera de las Islas Gambier a 2603 kilómetros de distancia. Lo sigue el aeropuerto internacional Comodoro Arturo Benitez de Santiago de Chile a 3759 kilómetros y por último el aeropuerto de Papeete de Tahiti a 4254 km. Si se quiere comprar la entrada al Parque Nacional, es posible, ya que existe una oficina donde poder hacerlo. Oficina de alquiler de coches, wifi y parking, completan la lista de servicios de este curioso aeropuerto. Se encuentra a apenas 4 minutos en coche de la ciudad en la ladera del Rano Kau
