Sigiriya es uno de los grandes atractivos para visitar Sri Lanka. Situada en el corazón del país, en el distrito de Matale, entre las ciudades de Dambulla y Habanare, se encuentra este conjunto arqueológico, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982.
Contenido
La Roca del León
En ella se encuentran las ruinas de un palacio, monasterio y varias edificaciones más, construidas en lo alto de una gran roca llamada Roca del León, debido a que hay dos estructuras con forma de garra que dan la bienvenida. La roca, de unos 200 metros de altura, es el resultado de la erupción de un volcán ya extinto.

Historia de Sigiriya
La zona estaba habitada desde tiempos prehistóricos, se habla de unos 5000 años. En el siglo III d.c, hubo un monasterio budista enclavado en la roca, con cavernas preparadas y donadas por devotos. Pero su importancia empezó en el siglo V, cuando los jardines y el Palacio fueron construidos por el rey Kasyapa, después de asesinar a su padre y usurpar el trono a su hermanastro, el cuál huyó a la India, donde reunió un ejército para intentar recuperar lo que le había sido robado. Temiendo esto, Kasyapa mandó construir el palacio/fortaleza en la cumbre de la roca. Su derrota fue un hecho y su hermanastro recuperó el trono, devolviendo Srigiriya a los monjes budistas, que lo convirtieron en un monasterio hasta el s XV, cuando se abandonó definitivamente. Fue redescubierto en 1908, cuando el explorador británico John Still se topó con las ruinas y se empezó a investigar su origen.
Sigiriya incluye las ruinas de un palacio en la cumbre de la roca, una terraza a medio nivel que tiene la Puerta del León y los muros de los frescos y el palacio inferior, que se integra bajo la roca, además de fosos, muros y jardines que están en la base de la roca.
Ascenso a la Roca del León
Llegar hasta lo alto de la roca, supone un esfuerzo y un reto para los que tenemos vértigo, ya que hay que subir un gran número de escaleras, unas 1250, que en algunos tramos están muy empinadas, pero fue mucho menos de lo que nos imaginábamos y una vez que estuvimos arriba, nos dimos cuenta de que el esfuerzo había merecido la pena por las vistas tan maravillosas que teníamos.

A mitad de la ascensión, después de un tramo de escaleras de caracol, llegamos a la zona de los frescos, donde están pintadas mujeres con los pechos descubiertos. Como están protegidas del sol, permanecen en buen estado, con sus colores brillantes. Está prohibido tomar fotos de los frescos y los vigilantes son muy estrictos en esta norma, casi tanto como los turistas de saltársela.
Otro de los atractivos es la pared del Espejo, llamada así por estar tan pulida, que el rey podía reflejarse en ella. Está pintada con poemas e inscripciones de los visitantes que acudían hasta aquí. Las más antiguas son del s VIII. actualmente está prohibido pintar la pared.

El comienzo de la subida final empieza con unas 20 escaleras de piedra que se encuentran entre las dos garras de león esculpidas en piedra. Hace tiempo también existía la cabeza del animal, desde cuya garganta comenzaba la ascensión. Hoy en día, las escaleras de piedras llevan a otras escaleras metálicas, que pondrán a prueba a los que tienen miedo a las alturas, sobre todo si hace un poco de viento.

En la cima
Finalmente se llega a la cumbre, con unas vistas impresionantes de los alrededores, aunque cuando estuvimos había bastante neblina y no se apreciaban en todo su esplendor.


A poca distancia, se divisa Pidurangala, una alternativa para ver La Roca del León para aquellos que no quieren pagar el precio tan elevado de la entrada.

En la cima solo están los cimientos de las estructuras que existieron hace tiempo, por lo que visualmente, la cima en sí, no es muy atractiva. Hay antiguas cisternas, con agua, excavadas en la roca, restos del palacio, terrazas…




Desde la cumbre, apreciamos la extensión de los jardines situados en la base y la grandeza de la roca, que sobresale en la planicie circundante.

Debido al calor que suele hacer y al esfuerzo físico que se tiene que realizar, es conveniente hacer la visita a primera hora de la mañana o a última de la tarde, para evitar las horas centrales y más calurosas del día. Hay que llevar agua suficiente y algo de comer por si fallan las fuerzas. Conveniente llevar gorra, gafas y protección solares.
A pesar del esfuerzo que supone llegar hasta la cumbre, podemos decir que la visita merece la pena y qué sin duda, La Roca del León es uno de los tesoros del país.
Cómo llegar a Sigiriya
Sigiriya se encuentra a 175 de Colombo, por lo qué si llegaís desde allí, necesitareis más de 3 horas en coche. Si venís en tren, se tardan unas 3 horas 40 minutos hasta Habarana que está a 17 kms y cuesta alrededor de 15 euros el trayecto ( 12Go.asia o Sri Lanka Railways ). En taxi se tardan unas 4 horas y media (Stef Lanka Tours).
Si se viene en transporte público, lo mejor es tomar uno de los buses que salen de Dambulla cada media hora a partir de las 7 de la mañana y que tardan unos 40 minutos en hacer el recorrido.
Para consultar otras opciones y ciudades de salida, 12Go.asia.
Entrada
La tasa de entrada es de 30 USD para extranjeros y 50 rupias para los nacionales.
Horario de 7 a.m. hasta las 17:30 (última entrada a las 17 horas).
Alojamiento en Sigiriya
Sigiriya es, probablemente el sitio turístico más visitado de toda Sri Lanka, por lo que la oferta hotelera es muy amplia y barata. Siempre consultamos en booking y esta vez, elegimos el Isanka Lion Lodge y, desde luego, repetiríamos sin ninguna duda. Regentada por un matrimonio, en ese momento contaban con solo dos habitaciones, pero después han construido otra planta más. Trato exquisito y muy familiar, con comida casera deliciosa. Aparte del desayuno, espectacular, cenamos allí las dos noches, comida típica del país y una tortilla de patatas, que les cocinamos, ya que nos pidieron que les hiciéramos algo típico del nuestro.



Muy amables, nos ayudaron a preparan la excursión a Kaudulla, a la que nos llevamos a su hija adolescente. Una de las mañanas, antes de partir, también nos ayudaron a reparar el tuk tuk, que debía de haberle gustado mucho el pueblo y no quería irse. Revisión completa, y materiales por menos de 1 euro.


Sin ninguna duda, fue uno de los sitios que más nos gustó de Sri Lanka.