El lago Inle, situado en las montañas del estado de Shan, al este de Myanmar, es uno de los destinos imprescindibles de todo viaje a Myanmar. El precioso paisaje, la grandeza del lago, los reflejos sobre el agua y la sencillez de la vida local nos sorprendió mucho más de lo que esperábamos.

El lago Inle, con las montañas y pueblos alrededor, los pescadores con su tradicional forma de trabajar y sus habitantes yendo de un lado a otro con sus barquitas, tiene un magnetismo espectacular.

No hace falta decir que es un lugar muy turístico, aunque esperábamos encontrar a mucha más gente. Una vez que se sale de Nyaung Shwe, donde tuvimos el campamento base, y donde se aloja la mayor parte de los visitantes, es un remanso de paz y tranquilidad.


Contenido
¿Cómo llegar al lago Inle?
Nosotros llegamos en avión a Heho, para luego hacer un trayecto en coche compartido hasta Nyaung Shwe. Hay vuelos desde las principales ciudades del país bastante económicos
También puedes llegar en autobús, con infinidad de horarios, o en tren, muy lentos y destartalados.
Una opción muy popular y algo más aventurera, es llegar haciendo un trekking desde Kalaw (2 N/ 3 D), durmiendo una noche en casa de una familia local y otra en un monasterio.
¿Dónde alojarse cerca del lago Inle?
Como la mayoría de la gente, nos alojamos en Nyaung Shwe y elegimos el Spring Lodge Inle, un hotel nuevo fantástico, con piscina y con un desayuno espectacular, de los mejores que hemos probado nunca en todos nuestros viajes.


Además, estaba al lado de uno de los canales que desembocan en el lago, así que, aunque a las afueras del pueblo, a nosotros nos pareció perfecto. En el pueblo hay muchísimos alojamientos, para todos los gustos y bolsillos. Para consultar, booking.
Recomendaciones
- Evitar espectáculos con las mujeres jirafas, que se dedican a explotar a muchas mujeres y niñas, mostrando lo que era una «tradición».
- Si no se quiere estar todo el día de tienda en tienda, dejar muy claro al contratar los paseos en barco que NO SHOPPING.
- Evitar a los falsos pescadores, que se sitúan sobre todo a la salida al lago y que te pedirán una propina por permitirte hacer fotos. Los verdaderos, ni se inmutarán cuando te acerques.


¿Qué hacer en el Lago Inle?
Hay un montón de actividades para hacer en la zona, como dar una vuelta en barca por el lago, observar a los pescadores, conocer los mercados flotantes, ver los jardines flotantes, visitar las tiendas de artesanía o fábricas de telas y un largo etcétera. Nosotros nos centramos en los paseos en barca para conocer pagodas.
Los paseos en barca los contratamos en una agencia local que nos habían recomendado y, la verdad, salió todo a la perfección.
Samkar
El primer día decidimos ir hasta Samkar, al sur del lago Inle. El lago Samkar está conectado a través del arroyo Belu Chaung. Este lago es una joya escondida, ideal para los viajeros que buscamos tranquilidad. Se llega en alrededor de 3 horas desde Nyaung Shwe. A lo largo del camino, se pasa por pueblos y paisajes preciosos.




A medida que te vas acercando a Samkar, se van viendo las viejas pagodas medio derruidas, algunas de ellas, al lado del agua.

El camino que tierra que conduce al pueblo ofrece una imagen muy bella de las antiguas pagodas, parcialmente cubiertas de vegetación.

El pueblo de Samkar tiene ruinas de antiguos monasterios y pagodas que, durante el invierno, son cubiertas parcialmente por el agua, creado imágenes muy bonitas.

Nos gustó mucho esta zona, nos pareció mucho más auténtico que el lago Inle, ya que no llegan demasiados visitantes, de hecho, éramos los únicos en ese momento.

Teníamos que seguir la ruta, así que de nuevo subimos a la barca. Seguimos disfrutando de unos paisajes preciosos. Esta zona es de una belleza increible.


Pagoda Tharkong Takhaung Mwetaw
Llegamos hasta Tharkong Takhaung Mwetaw Pagoda, una de las que más nos gustó. Ya desde la lejanía nos hacíamos una idea de lo mucho que íbamos a disfrutar allí.


Sencillamente espectacular, no solo por la pagoda en si, sino por el maravilloso paisaje que la rodeaba.



La sensación de paz que transmitía nos cautivó y, de nuevo, estábamos solos.

Después de disfrutar el lugar, continuamos camino hasta otro pequeño complejo a las orillas del lago.




Así, dimos por terminadas las visitas de hoy, y emprendimos el camino de regreso a Nyaung Shwe.

En el camino de vuelta, empezó a diluviar y acabamos calados. Menos mal que la temperatura era muy buena y por lo menos no pasamos frio. Después de cenar en un restaurante del pueblo, nos fuimos a descansar, el día siguiente tocaba otro plato fuerte, conocer Kakku.
Kakku
Kakku es una pagoda con más de 2400 estupas, cuyos orígenes se remontan al año 300 a.c., aunque se sabe que la mayoría de las estupas son del s XVII. Está situada en las tierras de la etnia minoritaria Pa-O.

Es un viaje un poco largo, que se podría hacer pesado si no fuera porque el entorno natural es precioso y se va pasando por aldeas con casas y comercios a pie de carretera y todo es muy pintoresco.
Hay que hacer una parada en Taunggyi, para pagar la tasa de 4$ por persona y 5$ por el guía, que es de la etnia Pa O. A nosotros nos tocó una chica muy jovencita, y que durante el trayecto nos fue contando la historia de Kakku y de cómo era la vida en su comunidad.
Como se necesita tanto tiempo para visitar este lugar, no es demasiado frecuentado por los extranjeros, aunque si por locales, ya que es un lugar muy importante de devoción dentro del país.

Después de otra hora más en coche, llegamos al «bosque de las estupas». La imagen es impresionante.

Antes de entrar a recorrer la pagoda, nos fuimos, como no, a sacar fotografías a un pequeño estanque que hay en la parte derecha y en el que se reflejan las filas de estupas, una imagen preciosa.

Los miles de estupas, coronadas por campanillas y cuyo sonido siempre se oye en alguna parte, están colocadas en filas. Hay de muchos estilos, colores, tamaños y formas, algunas restauradas, otras dañadas, muchas sencillas, mientras que algunas tienen tallas de criaturas míticas y deidades.



El final del pasillo central lleva a un monasterio de estilo Shan.

En una de las salas, vimos una de las pocas imágenes de Buda muerto del mundo, siendo la única que existe en Myanmar.

Kakku se vio afectado por los terremotos del 2011 y 2016, por lo que algunas de las estupas están en reconstrucción. Al no ser patrimonio de la Humanidad y no tener que haber un control » oficial» de las obras, muchas veces lo que hacen es tirar, y empezar desde cero, así qué a ojos de occidente, no se está llevando a cabo de manera adecuada.
Sin duda es un lugar para recorrerlo con calma, fijándose en los pequeños detalles, que es donde radica gran parte de su belleza (esculturas de bestias, bailarinas, budas..)



Tras pasar un par de horas recorriendo este precioso lugar, con una parada para comer a un restaurante local con nuestra guía, fuimos a visitar su aldea de la etnia Pa O, donde recorrimos las calles y nos enseñaron una especie de guardería.

Emprendimos el camino de vuelta a Taunggyi, donde nos despedimos de nuestra guia, para después proseguir camino.

Phaung Daw Oo Pagoda
En el camino de vuelta desde Kaku, visitamos la pagoda Phaung Daw Oo, la más importante del estado de Shan.
En su interior, hay 5 figuras de Buda, un poco deformadas por la mano del hombre, ya que, al aplicarles láminas de oro como ofrenda, han ido perdiendo su forma original. Como siempre, solo los hombres pueden hacerlo.


Una vez en el alojamiento, aprovechamos para descansar un poco y cenar en otro local típico birmano. Había sido un día bastante largo y tocaba recuperar fuerzas.
Indein
El último día lo aprovechamos para ir a Indein, un pequeño pueblo al sur del lago Inle, al que se llega navegando por un estrecho canal de 8 kilómetros de largo.
Es famoso por ser uno de los pueblos que alberga el «mercado de los 5 días» y por sus dos grupos de pagodas, en diferentes estados de conservación.
Son la pagoda de Nyaung Ohak y la pagoda de Shwe inn Thein. La primera cerca del embarcadero y con la mayoría de sus estupas en muy mal estado de conservación.

Desde allí, una subida por un mercado interior con decenas de puestos de artesanía conduce hasta el segundo grupo de pagodas, con alrededor de 1000, también en diferentes estados, algunas en estado pésimo y otras, restauradas.

Al final, hay un monasterio con estupas doradas, preciosas.



En el centro de Shwe inn Thein, se encuentra el santuario de la imagen de Buda in Thein, que alberga una imagen dorada de Buda meditando.


Ya de nuevo en la barca, pudimos seguir disfrutando de los bellos paisajes del lago.


Monasterio de Nga Phe Kyaung
También conocido como el «Jumping Cat Monatery». Hace tiempo sí albergaba gatos que había acogido un monje y que fueron entrenados para saltar. Hoy en día, son bastante pacíficos y se pasan el día tumbados.
El lago Inle nos gustó mucho más de lo que habíamos pensado, al tener la idea preconcebida de que era un sitio mega turístico y repleto de gente.
Nos faltó acercarnos al Mercado de los 5 días, un mercado rotatorio al que bajan distintas etnias de las montañas para vender sus productos, y que se celebra cada día en un pueblo diferente.
Navegar por sus estrechos canales, a veces tan estrechos que los botes apenas pueden pasar, ver como los campesinos recolectan sus cosechas, si, sus cosechas, puesto que aquí hay auténticas huertas y jardines flotantes, observar a las mujeres lavando la ropa o a sus hijos en el agua, pasar por los palafitos donde vive la gente…es una experiencia que todo visitante de Myanmar debería disfrutar.
