Nuestro campamento base para conocer esta zona fue el Ormurinn Guesthouse, en Egilsstadir. Desde allí, fuimos a Seydisfjördur, de apenas 700 habitantes y situado en los fiordos orientales. Este es uno de los pueblos con más encanto de toda Islandia y la carretera que llega hasta él discurre por curvas enclavadas entre montañas y con varias cascadas en el camino.
Seydisfjördur y sus calles de colores

Una vez que se llega, destaca su Iglesia azul con un camino de baldosas multicolor al frente, y que representa la bandera del arco iris, en relación a la tolerancia de este pueblo con la comunidad LGTBI.
Alrededor de un pequeño lago, hay casas de colores, que dan un bonito contraste a las montañas del fondo. Cabe destacar que a su puerto llegan cruceros en los meses de verano, por lo que el turismo se está convirtiendo en uno de los motores económicos de la zona, aparte de la pesca.

La cascada Gufufoss
Una vez en el camino de vuelta, nos paramos un par de horas en la impresionante Gufufoss. A pesar de que llevábamos varios días recorriendo el país, no nos cansábamos de fotografiar cascadas y cualquier excusa era buena para pararnos y pasar un buen rato.

Otras cascadas cercanas en el este de Islandia
Relativamente cerca de Egilsstadir, hay otras dos cascadas bastante famosas. No nos dio tiempo a conocerlas: Hengifoss y Litlanesfoss, pero ¡es que siempre hay que dejar algo para una próxima visita!.
Ahora tocaba continuar la ruta y conocer el sur de islandia.