El Templo de las Cuevas de Dambulla, también llamado el Templo de Oro, uno de los lugares más místicos y espirituales de toda Sri Lanka. Son otro de los monumentos del país declarados Patrimonio de la Humanidad.
Están formadas por alrededor de 80 grutas repartidas alrededor de la ciudad, en algunas de las cuales han sido hallados restos que demuestran que han sido habitadas al menos desde el año 700 a.c.
El Museo del Budismo es un buen inicio para la visita. Se trata de un templo situado a los pies de las cuevas y que tiene un enorme Buda dorado. Es un edificio un poco loco, que parece un parque de atracciones.


Al lado de la estatua hay una escalinata que sube a la gran roca, la Royal Rock, que es donde están las cuevas. Pensábamos que la entrada estaba ahí, pero no, hay una larga ascensión de algo más de media hora hasta que se llega a lo alto de la roca, que es donde está la entrada. Se nos hizo un poco cuesta arriba, justo acabábamos de comer y hacia bastante calor.
De todas las cuevas, solo pueden ser visitadas cinco, a las que se va accediendo a través de un pórtico blanco. El Monasterio de la cueva de Dambulla aún sigue en funcionamiento y es el edificio antiguo mejor conservado de Sri Lanka.
Nos encantó este sitio, todas las cuevas eran diferentes y todas ellas, fantásticas. Se encuentran debajo de un sobresaliente de la roca, bajo la que se construyó en 1938 una especie de soportal blanco que es desde donde se accede a las cuevas.

La Historia de las cuevas se remonta al siglo I a.c., cuando el rey Valagambahu de Anuradhapura construyó el primer templo para dar las gracias por haber sobrevivido a una invasión india. A partir de entonces, diferentes reyes fueron aportando su granito de arena y en el siglo XI ya formaban parte de un centro religioso de gran importancia, que siguió creciendo hasta el XVIII.
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Cueva Devajara
Llamada Cueva del Rey Divino, en la que destaca una figura de Buda reclinado de unos 14 metros, labrada en la roca, y que ha sido reparada en innumerables ocasiones. A sus pies, una figura de Ananda, su alumno favorito y, a su cabeza, otra de Visnu, que se dice que usó sus poderes divinos para crear las cuevas. Es la más antigua de todas y sus pinturas están en muy mal estado de conservación.

Maharana Lena
O Cueva de los Grandes Reyes, es la más grande de todas, con unos 50 metros de largo, 22 de ancho y 7 de altura. Tiene decenas de imágenes de Buda, tanto sentado como de pie, así como a los dioses Vishnu y Saman, a los que los peregrinos decoran con guirnaldas.

Lo que más nos llamó la atención fue una dagoba, rodeada de 11 Budas sentados y un manantial que gotea su agua, con «poderes curativos», a través de una grieta en el techo.

Esta cueva también tiene muchos murales, tanto en paredes como en el techo, que muestran la historia del país, pintados en el s V. Débilmente iluminada, se respira mucha tranquilidad en el ambiente.


Maha alut Viharaya
Es también conocida como la Cueva del Gran Templo Nuevo y fue construida por el rey Kirti Sri Rajasinha en el s XVIII. Además de 50 estatuas de Buda que rodean a otra de un Buda sentado, en el centro de la cueva, hay una estatua del rey. Lo más destacable es una enorme figura de Buda reclinado de 30 metros y un gran mural que representa a Buda en el techo.


Paccina Viharaya
La Cueva del Templo Occidental. Destaca una figura de un Buda tumbado y otra de un Buda sentado dorado. Dentro del templo también podrás ver estatuas de los dioses Vishnu y Saman.

Devana Alut Viharaya
La última de las Cuevas, la Cueva del Segundo Templo Nuevo, es el más nuevo de todos los templos de las cuevas de Dambulla. Lo más destacado es, de nuevo, otra figura de un Buda tumbado, de unos 10 metros de longitud y otros 11 Budas más. Las figuras están hechas de ladrillo y yeso, cuando la mayoría de las imágenes del resto de cuevas están hechas de granito.


La visita a las cuevas nos gustó muchísimo, el silencio y la tranquilidad que reinaba impresionaba. Había momentos en que pensábamos que era imposible que prácticamente todo lo que veíamos, hubiese sido tallado y dibujado sobre la roca.
Sin duda, uno de los lugares que más nos gustó y sorprendió de todo el viaje.
Información práctica sobre las cuevas de Dambulla
Horario: de 7:00 a 19:00. Tarifa: para extranjeros 1500 LKR.
La entrada hay que comprarla en la parte de abajo, antes de comenzar la ascensión. Si no lo hacéis así, os tocará bajar y, subir, de nuevo.
A las cuevas, como al resto de recintos religiosos, hay que entrar descalzo, por lo que no está de más llevar calcetines para evitar abrasarnos los pies con el calor de las piedras, o para no lastimarnos con los guijarros.
Así mismo, hay que cubrirse tanto las rodillas como los hombros, siguiendo el código de vestimenta adecuada.
Hay que intentar evitar hacerse fotos dando la espalda a las figuras de Buda, aunque en ocasiones, hemos de reconocer que se nos olvidaba.
Es conveniente traer agua en cantidad suficiente.
Las fotos están permitidas siempre que sean sin flash. Aparte de fotografiar en el interior de las cuevas, los paisajes de los alrededores son muy fotogénicos, así como los incontables monos que se encuentran por la zona.

¿Cómo llegar a las cuevas de Dambulla?
El Templo Dambulla está en el centro de la isla, en el distrito de Matale. Llegar desde Colombo, es relativamente sencillo, ya que el templo está a cuatro horas en coche. Nosotros fuimos desde Trincomalee, a 108 kilómetros, en algo más de dos horas, ya que íbamos en Tuk Tuk y no se puede ir a mucha velocidad. Desde aquí, fuimos a Sigiriya, que está muy cerca, apenas a 40 minutos de camino. Se puede venir hasta aquí en bus desde muchas ciudades del país, pero hay que tener en cuenta la lentitud y el número de horas. Preferimos tener transporte propio, aunque esto incremente los gastos. Para consultar las opciones disponibles desde cualquier ciudad, se puede usar 12Go.asia.
Visitar las cuevas es una buena opción para pasar una mañana o una tarde, totalmente recomendables.

