Amazonas, un sueño para cualquier amante de la Naturaleza. En todo currículum viajero hay viajes especiales y, éste, sin ninguna duda, es uno de ellos.
Un recorrido de 6 días por uno de los parajes del planeta que aún permanecen vírgenes. Días de absoluta armonía con la Naturaleza, donde la paz, la tranquilidad y el silencio, que sólo es interrumpido por el sonido de los animales, es absoluto.
En esta ocasión, estaba realizando un viaje por Brasil con varios compañeros de trabajo, en diciembre del 2012, y como colofón final, habíamos decidido adentrarnos en el «pulmón del planeta», el Amazonas, en una travesía en barco desde Manaos y que nos llevaría durante varios días de navegación, a conocer un poco la belleza del río Negro.
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Río Negro, afluente del Amazonas
El río Negro es el principal afluente del Amazonas por el margen izquierdo, con una longitud de 2250 km, siendo el más caudaloso de todos los afluentes de dicho río.
Es el mayor río de aguas oscuras del mundo, ya que los suelos tienen una alta concentración de materia orgánica no descompuesta, alta acidez, escasa concentración de nutrientes, alta porosidad y gran contenido de arena. Debido a todo esto, el PH del río es alto, por lo que no hay mosquitos. Lo que si hay, es una gran cantidad de vida en él, unas 450 especies de peces han sido identificadas, de las que unas 40 son endémicas.
La cuenca del Río Negro es compartida por Colombia (10%), Venezuela (6%), Brasil (82%) y Guyana (2%).
Esta importante vía fluvial contribuye a la regulación climática del Amazonas y del planeta, así como la preservación de las selvas tropicales y su biodiversidad.
¿Con quién viajar por el río Negro?
Mirando las opciones que teníamos, contactamos con Jordi, un catalán que vive desde hace años en Manaos y que hace expediciones por el Amazonas. La verdad es que la elección no podría haber sido mejor y, a día de hoy, sigo diciendo que fue una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida, no sólo por el viaje en si, sino también por el trato y el saber hacer que tuvieron en todos esos días.
Jordi comenzó su andadura en el Amazonas hace casi 20 años, y en el 2005 lanzó Lo Peix, ampliando hace poco con otro barco, el Acqua Amazon, un poco más grande. La filosofía primordial es el respeto a la naturaleza y la ecología. Se usan paneles solares para la obtención de energía (es la que se usa mientras el barco está parado), los motores son de baja emisión de ruidos, hay recogida de residuos…todo para conseguir el mínimo impacto en la zona.
Hay muchas opciones de tour, desde excursiones de 1 día, hasta expediciones de un mes, reservado para fotógrafos, científicos o la grabación de documentales o TV. Lo más habitual son excursiones más cortas, de etre 3 a 6 días. Se pueden consultar las opciones en su página web y preguntar cualquier duda a Jordi.
Travesía por el río Negro
Yo había pasado esa noche en Manaos, pero mis compañeros acababan de llegar a la ciudad. Durante una semana nos habíamos separado y ellos habían ido a subir a un Tepuy en Venezuela, mientras yo me iba a Florianópolis a visitar a amigos. Así pues, nos reunimos a primera hora para desayunar y contarnos que habíamos hecho durante esos días y, después, en un taxi, nos fuimos la Marina do Davi, el embarcadero donde habíamos quedado con Jordi, que llegó a la hora acordada. Enseguida nos «presentó» a nuestro barco.

Nuestro viaje fue en el Lo Peix, un pequeño barco de madera, con solo 4 cabinas y con capacidad para 10 viajeros. Aparte de nosotros 4, nos acompañaban Laura y Vero, madre e hija argentinas, y otro chico español, que ni siquiera estuvo el tour completo. Todo un privilegio hacer esta ruta con tan pocas personas.
Jordi nos fue presentando al resto de la tripulación: Mario,Jumar y Selma, su mujer, que en esta ocasión le acompañaba y se encargó de cocinar. ¡ No sé cuántos kilos pude engordar !. La verdad es que todos los días esperábamos ansiosos el sonido de la campana que anunciaba la hora de comer. Comida casera típica brasileña, delicioso todo.
También viajaba Rafaela, su hija, una linda nena muy simpática que siempre estaba sonriendo.
Lo primero que hicimos, fue acercarnos en lancha rápida hasta el Encuentro de las Aguas, apenas a 8 kms desde Manaos. En el camino, fuimos viendo como es la costa de la ciudad, la playa de ponta Negra, diferentes edificios, favelas, pequeños muelles…muy curioso ver Manaos desde este punto de vista.

El Encuentro de las Aguas es un fenómeno muy curioso que se produce al unirse el río Negro con el Solimoes, y que da lugar al Amazonas. Durante kilómetros, las aguas discurren sin mezclarse, debido a las diferentes temperaturas, densidades y componentes orgánicos.

Después de esta breve, pero interesante visita, fuimos a una casa flotante donde crian piracucus, un pez icono en la Amazonía. Impresionaba lo grandes que eran y la fuerza que tenían.
Pero el plato fuerte del tour estaba a punto de comenzar y pronto empezamos a navegar río arriba para comenzar la aventura.
En estos días, conocimos el Parque Nacional Archipiélago de Anavilhanas, un conjunto de unas 400 islas y vías fluviales, que es el mayor archipiélago de agua dulce del mundo y que se extiende sobre 90 kms. En esta zona, el Amazonas tiene un ancho de hasta 27 km, increíble. Durante la temporada de aguas altas, la mitad de ellas están sumergidas, fomando el bosque flotante. Durante la seca, se forman playas en las que es posible bañarse.

Todos los días bajábamos varías veces al día con la lancha, para entrar en la selva y escuchar las explicaciones de Jordi.
A veces, encontrábamos algún que otro «bicho».

Mirásemos donde mirásemos, todo era una maravilla. Aprendimos mucho sobre la vida salvaje y algunos «secretos» de la selva. Nos mostraron técnicas de supervivencia, de caza con cerbatana y arco, y nos ayudaron a identificar diferentes plantas medicinales usadas por las tribus locales desde tiempos inmemoriales.

Los paisajes que se iban presentando ante nosotros eran preciosos, ¡ con lo que a mí me gustan los reflejos!, estaba más contenta que unas castañuelas, y la cámara de fotos no dejaba de disparar.



Tuvimos oportunidad de bañarnos en el río y bajar a playas sólo para nosotros. Al principio teníamos mucho reparo en ir a bañarnos, porque ya habíamos visto cocodrilos y pirañas, pero bueno, para algo Jordi sabía las zonas que eran seguras. Una de las cosas que nos llamó la atención, es que no había mosquitos, que nos explicaron que era debido al PH alto del río Negro.

En otra ocasión hice Kayak con Rafaela, que no paraba de reirse, ya que para mi era la primera vez y era un poco patosa.

De camino río arriba, visitamos la aldea de los indios Kabemba, en el río Culleras.

Había una pequeña iglesia y una zona donde tenían pieles disecadas de animales que habían cazado.

La del cocodrilo me pareció enorme, tenía que imponer mucho cuando estaba vivo. ¡Por no hablar del jaguar!


Vendían pequeños abalorios.

Otra de las tardes, al bajar en la barca, nos dedicamos a pescar pirañas, que más tarde cenaríamos.
Este río es una vía importante de comunicación para las distintas comunidades que viven a los márgenes. De vez en cuando veíamos barcas que transportaban gente de un sitio a otro.


Uno de los anocheceres aprovechamos, después de la cena, para descender de nuevo en la barca y observar a distintos animales. Nosotros estábamos ansiosos de ver a los cocodrilos asomar su cabeza lo justo por encima del agua, mientras nos observaban. Eran fáciles de localizar, ya que les brillaban los ojos, y hasta cogimos una cria, que enseguida devolvimos al agua de nuevo.
Otra de nuestras paradas fue para visitar a los indios Dessana ,en el lago Tucuma, cerca de la comunidad de Santa María de Río Negro.


Los días iban pasando con una sensación de desconexión total.



A veces parecía que el tiempo se iba a poner en nuestra contra.

La inmensidad del río no paraba de asombrarnos. Parecía mentira que estuviésemos ahí.

La lancha con la que solíamos desplazarnos en nuestras escapadas, hacía poco ruido y, además, apagábamos el motor en cuanto alguien divisaba algún animal, normalmente Jordi, por lo que podíamos acercarnos bastante a ellos sin que huyeran.
Tuvimos oportunidad de ver un barco enorme, un crucero, a lo lejos. No quiero ni imaginarme la cantidad de personas que podían ir ahí dentro. Una de las veces que estábamos buscando animales en uno de los canales, parados y en silencio, empezamos a escuchar un estruendo tremendo. Pues era una lancha tremenda de grande, super rápida, que había salido de ese barco y que se iba de «exploración», aunque francamente, dudo mucho que vieran nada con todo el ruido que estaban armando. Lujos, muchos, pero cuidado y respecto por la naturaleza, ninguno.


Otra de nuestras escapadas fue para darnos un baño en una pequeña cascada y hacer snorkel en un riachuelo que estaba lleno de «peces de acuario». ¡ Fue muy curioso nadar con los pececitos que había tenido de pequeña !.


A lo largo de todos los días del tour, tuvimos oportunidad de ver muchos animales, la mayoría, aves. Había veces que no conseguíamos verlos, pero escuchábamos fascinados sus sonidos procedentes del interior de la jungla. Los sonidos de los animales, en medio del silencio total, eran una maravilla. Al amanecer y anochecer era cuando más vida había. De vez en cuando, algún mono curioso se asomaba por entre los árboles.





La última mañana la aprovechamos para ir de nuevo a ver animales, consiguiendo ver cocodrilos y más aves.



El plato fuerte, antes de emprender el regreso a la ciudad, fue bañarnos con los delfines rosas del Amazonas.

También es conocido como Boto o Tonina, siendo el más grande e inteligente de las cinco especies de delfines de río que existen.
Están en peligro de extinción.
Curioso y amistoso por naturaleza.
El color rosado es más acentuado en los machos, que son mucho más grandes y pesados que las hembras.
Además de en el Amazonas, también habitan en el Orinoco.
El viaje tocaba a su fin y, tras una última comida, llegamos de nuevo al puerto de Manaos. Llegaba ya el momento de despedimos de todos, con mucha pena, ya que habían sido uno días increíbles y, vuelvo a repetir, de las mejores experiencias viajeras de mi vida.
Si amas la Naturaleza y eres un apasionado de la fotografía,¡ ÉSTE ES TU TOUR !.

¿Cuándo viajar al Río Negro?
Nosotros viajábamos en diciembre, así que teníamos que ir en ese fecha si o si. Pero si quieres planificar tu viaje al río Negro en función de lo que quieres encontrar y ver, es importante conocer cómo cambia todo en función de las fechas.
- Estación de lluvias. Febrero a mayo.
- Las mayores precipitaciones del año se producen en estos meses, en los cuales las temperaturas son mas suaves. Es buena ocasión para ver animales, ya que muchos se encuentran muy activos después de los chubascos. Los bosques inundados se hacen navegables a los grandes barcos y los canales son accesibles en canoas.
- Estación seca de aguas altas. Junio a septiembre.
- Las lluvias paran y el río alcanza su máximo nivel debido a las lluvias de los meses anteriores. Ahora es posible navegar a la altura de la copa de los árboles. Es época de primavera y muchas plantas y árboles florecen y algunos animales se reproducen. Poco a poco, el nivel de las aguas va descendiendo.
- Estación seca de aguas bajas. Octubre y noviembre.
- Las temperaturas son muy altas, y el nivel del agua llega al mínimo, contribuyendo a la aparición de playas fluviales, donde es posible bañarse y donde animales como cocodrilos y tortugas, depositan sus huevos. Durante el amanecer y anochecer es relativamente fácil avistar animales en el río.
- Segunda primavera. Diciembre a febrero.
- El nivel de las aguas empieza a ascender de nuevo, debido a la aparición de las primeras lluvias. Muchos animales se reproducen en esta época.
Recomendaciones para viajar al Amazonas
- Es importante visitar tu centro de vacunación internacional, que es dónde mejor te informarán sobre todas las vacunas que puedas necesitar y cualquier otra información sanitaria. Aunque en el río Negro apenas hay mosquitos, recomiendan tomar profilaxis de la malaria. Hay que llevar cantidad suficiente de las medicaciones que se tomen, puesto que en el tour, va a ser imposible comprar.
- Repelente de insectos. Hay pocos mosquitos, pero nunca está de más prevenir.
- Protector solar de factor alto.
- Ropa larga y una chaqueta ligera, chubasquero, zapatillas de deporte o treking, sandalias de agua, calcetines, sombrero, gafas de sol…
- CÁMARA DE FOTOS.
- Linterna y pilas de repuesto, prismáticos, cantimplora, bolsa impermeable para guardar cámara de fotos y otros objetos.
- Cargador de móvil: el del coche a 12 V para el Lo Peix y el habitual de casa para el Acqua. Si tienes varios aparatos, mejor llevar una regleta para cargar todo a la vez.
- Galletas, o cosas de picoteo…
Dónde alojarse en Manaus, puerta de entrada al Amazonas
Seguramente tanto antes como después de la travesía por el río Negro, va a ser necesario hacer noche en Manaus.
Yo llegué la noche anterior a la partida y me alojé sóla en el Hi Hostel Manaus, por recomendación de uno de mis compas de viaje, y ya que, además a la vuelta del río nos alojariamos de nuevo allí. Hay que recordar que mis otros 3 compañeros de viaje y yo nos habíamos separado por una semana, en la que ellos se habían ido a Roraima y yo a ver a amigos a Florianópolis. Manaus era el lugar del encuentro para iniciar la travesia en Lo Peix.
Pues bien, nada más llegar al Hostal me dio muy mala impresión y pedí una habitación privada. La zona común, que estaba en la entrada, estaba lleno de gente muy joven saltando, gritando y bebiendo por encimas de los sofás. Estaban montando una fiesta a lo grande, sin importarles que eso fuera un alojamiento. Me fui mi habitación directa y no pude pegar ojo en toda la noche del ruido que había. Me quejé en recepción pero nadie hizo nada.
A primera hora de la madrugada, en cuanto supe que mis compañeros estaban ya en Manaus, me marché. Les conté lo que me había pasado, pero como para ellos lo que primaba era el dinero, no me hicieron ni caso y a la vuelta de los días por el Amazonas, al Hi Hostel que volvimos. Esta vez, en una habitación compartida con literas, donde tampoco pegué ojo y donde acabé hasta arriba de picaduras en la cama. Pero vamos, la tonta fui yo por no haberme ido a otro sitio sabiendo lo que había. Lo que sÉ, es que no repito. Para buscar opciones de alojamiento, mejor usar booking.
Seguro de viaje para el Amazonas
El seguro del barco cubre exclusivamente los accidentes que ocurran durante la navegación, así que recomendamos la contratación de un seguro de viaje que cubra enfermedad, accidentes, traslados, repatriación y cualquier otro contratiempo que pueda ocurrir. Nosotros siempre lo hacemos con IATI, y las veces que hemos tenido que recurrir a él, han respondido de maravilla.