Como no todo es trabajar en esta vida, varías de las veces que he estado en Nicaragua, he aprovechado mis días libres para conocer un poco más de este precioso país . Hasta en tres ocasiones, me he acercado a las paradisiacas Corn Island. Una de ellas, con Jesús, que también había ido hasta Little Corn en su primer viaje a Nicaragua.
Las Corn Island son un archipiélago formado por dos islas, y que conforman un municipio de la Región autónoma de la Costa Caribe Sur. La mayor se llama Big Corn Island, y la pequeña, como no, Little Corn Island. Entre las dos, apenas hay 8000 habitantes, por lo que os podéis hacer una idea de lo tranquilas que son, sobre todo la «peque«, de apenas 800 lugareños.
Una de las cosas que os extrañará a la llegada, es que os hablarán en inglés. Aunque el idioma oficial de Nicaragua es el español, debido a la presencia de ingleses y a la migración de familias europeas y de otras islas caribeñas en los últimos 4 siglos, gran parte de la población habla inglés creole o criollo costeño. El miskito es la segunda lengua más hablada, sobre todo en Big Corn. De todas formas, no os preocupéis, ya que la enseñanza es bilingüe y todo el mundo entiende el castellano.
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¿Cómo llegar a Corn Island?
Existen dos alternativas:
BUS DESDE MANAGUA + FERRY O LANCHA RÁPIDA. La opción más barata, pero más larga y pesada, es ir en bus hasta Bluefields y, desde allí, tomar un barco. Los buses se han de coger en la Terminal Costa Caribbean (junto a la Terminal Mayoreo), tardan entre 6 y 7 horas en llegar a destino y el precio es de C$ 320.
- Managua – Bluefields: 6:00 / 9:15 / 11:15 / 14:30 / 17:00 / 20:30 / 21:30 /23:00
- Bluefields – Managua: 4:00 / 5:30 / 6:30 / 10:00 / 13:00 / 16:00 / 21:00 /23:00
Los ferris salen dos veces a la semana, cuestan C$ 250 y tardan 5 horas.Reservas en 8844-5091.
- Ida a Big Corn, lunes,miércoles y sábados a las 9:00.
- Vuelta a Bluefields, martes, jueves y domingos a las 9:00.
Actualmente hay la posibilidad de ir en lancha rápida con Caribbean Express, por un coste de $20. Reservas al 8745 0322.
AVIÓN. Es la opción más cara, pero también las más rápida y cómoda, por lo que es la elegida por la inmensa mayoría de los visitantes. En un vuelo de apenas 40 minutos desde Managua, te presentas en Big Corn Island. La única aerolínea que opera a la isla es La Costeña.
Si quieres ir a Little Corn, en el aeropuerto debes coger un taxi ( C$ 20/persona), que te acerque hasta el embarcadero, y, una vez allí, coger una panga hasta la isla pequeña ( C$ 150). Se tarda apenas media hora en ese trayecto y hay dos horarios al día:
-Desde Big Corn a Little Corn, a las 10:00 a.m. y a las 16:30 p.m.
-Desde Little Corn a Big Corn, a las 6:30 a m. y las 13:30 p. m.
Importante asegurarse de que los horarios no han cambiado. De todas formas, los aviones suelen esperar a las barcas, ya que a veces se retrasan debido a las malas condiciones de la mar. En algunas ocasiones ocurre que los trayectos en panga se cancelan y se pierde el vuelo.


La mejor época para ir es de final de diciembre a mayo, ya que el resto del año es época de lluvias. A pesar de ello, eso no hace imposible que se pueda disfrutar de días maravillosos y soleados a lo largo de todo el año.

No hay que decir que las Corn Island son uno de los destinos turísticos más importantes del país, aunque gracias a Dios, todavía permanecen relativamente vírgenes y no están sobre explotadas. Podemos encontrar playas paradisíacas de arena blanca y calas escondidas sin absolutamente nada ni nadie alrededor, un auténtico lujo hoy en día.

Hace poco he leído que Little Corn es una de las 100 islas más bonitas del mundo. Son dos pequeñas joyas escondidas en el Mar Caribe, alejadas de todo y aún desconocidas, por suerte, para la mayoría de los turistas.
Cuando queremos disfrutar de unos días de relax, buscamos sobre todo tranquilidad y, a ser posible, zonas no muy concurridas; así que siempre hemos optado por ir a Little Corn, aún más relajada que su hermana mayor y, a la que llegamos en barca desde el muelle de Big Corn.


En mi última visita, el trayecto lo hicimos de manera privada con el alojamiento que habíamos reservado pero, las dos veces anteriores, habíamos ido en la panga pública. Por suerte, siempre han sido trayectos tranquilos pero, si la mar está picada, pueden ser un poco «moviditos».
Las imprudencias en el mar se pagan y , a principios de 2016 salió una barca que no tenía que haber salido por las malas condiciones climatológicas, volcó produciendo la muerte de 13 turistas.
Hay varias recomendaciones antes de viajar a la isla pequeña:
- Llevar suficiente dinero en efectivo, ya que no hay cajeros y muchos alojamientos no ofrecen el pago con tarjeta.
- Linterna. Al no haber electricidad a todas horas, es conveniente tener linterna propia para los desplazamientos por los senderos una vez que oscurece.
- Playas. Las mejores están en el lado norte de la isla. Al ser una isla remota y aún con poco turismo, alguna de las playas, de color turquesa, no están cuidadas y a veces están llenas de sargazo en la orilla, como lo que ocurre en las de la zona este.

- Poco turismo, ya que la gente suele quedarse en Big Corn Island. Ésto tiene su parte buena y es que, es posible disfrutar de un lugar paradisiaco que aún está «por descubrir», sin que haya aglomeraciones. Lo malo es, que, debido a ello, la ,mayoría de las infraestructuras para el turismo son muy básicas.
- Insectos. Importante no olvidarse de un buen repelente y de tener mosquitera si no queréis acabar acribillados a las noches. Hay casos esporádicos de malaria.
No hay ninguna duda de que uno de los mayores atractivos de Little Corn son sus playas. Las más conocidas son:
- Cocal Beach: Es las más grande y, frente a sus costas hay una barrera de arrecife de coral, siendo ideal para el buceo y el snorkel. Se pueden ver aquí tortugas, peces de colores, tiburones…
- Majagua :De arena dorada y tranquila, ideal para nadar.
- Pelican Beach: Es la segunda más extensa y donde hay una amplia oferta de servicios (restaurantes, bares, hoteles, centros de buceo..)
- Otras playas son: Jimmy Beach, Kelly Gully Beach, Otto Beach, Goat Beach o Watel Hole Beach, zona donde naufragaron galeones piratas y donde sus aguas cristalinas atraen para la práctica del snorkel.


Para mi gusto, la más bonita es la de Otto beach; así como la mayoría de las de la zona norte, llenas de palmeras y con un agua cristalina alucinante.


Alojamiento en Little Corn Island
Otro punto importante, a la hora de llegar a cualquier sitio nuevo, es el alojamiento.
Si no lo habéis reservado con antelación, nosotros solemos hacerlo a través booking, no vais a tener ningún problema ya que, a la llegada al muelle, veréis lugareños deseosos de enseñaros distintas opciones por una pequeña comisión por parte de los hoteles.
Hay para todos los gustos y presupuestos, desde habitaciones compartidas muy sencillas hasta un hotel de lujo, el Yemaya Island Hideaway, en el que me alojé en mi último viaje.
En las otras dos ocasiones, fuimos hasta la zona este de la isla, y nos alojamos en cabañas muy sencillas de madera. La primera vez en el Grace´s Place, a 25$ la noche, eso en plena navidad.
En mi visita con Jesús, optamos por una cabaña en Elsa´s Place, justo al lado de las Grace´s, un poco más básicas pero más económicas.
Como en todos los alojamientos de esa parte de la isla, no había luz todas las horas del día, pero es que, ésta vez además, tampoco había agua corriente, porque estaban realizando obras de canalización en la isla.


Si buscáis alojamiento y buceo, podéis ir directamente a Los delfines Hotel y Dive Center, en la zona oeste de la isla y muy cerca de los pocos bares y restaurantes de la isla.


Pero bueno, nada que no se solucionara con un barril enorme lleno de agua dulce que pusieron en el baño. Tampoco es que estuviéramos mucho tiempo dentro, así que esos inconvenientes se olvidaron en cuanto vimos la playa que teníamos delante. Además, estábamos, dando un paseo, muy cerca de otras playas desiertas y preciosas.


Disfrutar de Little Corn
Una de las peculiaridades de la isla y que le da mucho encanto, es que no hay vehículos y los desplazamientos son todos a pie o en bicicleta. Es una isla tan pequeña que, si estás más de un par de días allí, os aseguro que empezaréis a cruzaros con caras conocidas cuando paseéis por el pueblo.
Si hace buen tiempo, el color del agua del mar es de un azul turquesa increíble. Generalmente hay muy buena visibilidad, por lo que es posible hacer snorkel e incluso buceo (hay varios centros).
En nuestra visita juntos, como yo todavía no había retomado el buceo, Jesús aprovechó para hacer varias inmersiones mientras yo me quedaba en la barca o hacía snorkel cerca.
Pues bien, en una de esas ocasiones, tuve la inmensa suerte de ver una raya águila que nadaba un poco por encima del grupo de buceadores. ¡El pobre no se lo creía cuando se lo conté!
También hizo una inmersión nocturna para ver algas luminiscentes, aunque, para ver ésto no es necesario bucear, ya que, por las noches, en la costa este de la isla, y en esa época del año (junio), era posible observarlas desde la misma orilla.
Si no solo se quiere disfrutar de las playas y del agua, también está la posibilidad de pasear por los senderos, ya sea el que rodea la isla o los que discurren por la parte central. Es muy interesante «perderse» e ir descubriendo playas y calas solitarias. Nada está demasiado lejos y hay multitud de caminos hacia playas apartadas y listas para ser disfrutadas en soledad.

Como anécdota, estando en una cala perdida, de no muy fácil acceso, vimos llegar una pequeña barca a motor con un par de personas. Bajaron y escondieron un «paquete» entre la maleza. Desde luego, no fuimos a investigar que era, pero nos lo podemos imaginar…


También es posible adentrarte hasta el centro de la isla y subir a la antena de comunicaciones, con bonitas vistas de todo Little Corn. Da la impresión de que estás en otro sitio ya que parece que estás en medio de la selva.

Otro de sus grandes atractivos es su rica gastronomía. Al ser una isla, es un lugar perfecto para aprovechar y comer pescado y langosta a precios muy asequibles. Aparte de los «restaurantes oficiales», la mayoría cerca de la zona del embarcadero, hay varios, regentados por locales, que hacen comida casera a precios muy baratos, en mesas alrededor de sus casas. Desde que sabemos de ellos, siempre hemos desayunado allí.
En cuanto anochece, sobre las cinco de la tarde, solemos aprovechar para acercarnos a la zona oeste de la isla, cerca del embarcadero, que es donde están la mayoría de los bares y restaurantes, para tomar algo y poder disfrutar de música en directo. En esta zona, es habitual encontrase con lugareños o hippies que ofrecen sus manualidades (pulseras, collares..).
Mi gafe con el tiempo
Tengo que decir que, excepto la vez que fuimos juntos y que tuvimos un clima estupendo, en las otras dos ocasiones he sido un poco gafe con el tiempo.
La primera vez, en la Navidad del 2010, lloviznó casi todos los días, pero como no llovía a todas horas e incluso a veces había un sol radiante, sí que aprovechamos para recorrer y conocer gran parte de la isla.

En esa ocasión, como no teníamos vuelo de vuelta desde Big Corn y habían cancelado varios vuelos por el mal tiempo, al final tuvimos que salir de las islas a través de un ferry hacia Bluefields, donde proseguimos viaje hacia Laguna de Perlas y los Cayos.
Peor fue en el 2017, con una amiga, ya que, después de llevar apenas dos días allí, se levantaron unos vientos huracanados, como hacía años que no conocían en la zona, y que hicieron que se cortaran todas las comunicaciones con las islas.

Así pues, nos vimos forzadas a prolongar nuestra estancia en Little Corn dos días más de lo previsto en un principio. Poco se podía hacer más que leer en la habitación o con suerte en la terraza, pasear cuando el viento amainaba un rato, ver pelis en el ordenador (por suerte teníamos conexión wiffi ) o acercarnos hasta el pueblo, en un lindo paseo desde donde estábamos alojadas, el Yemaya Island Hideaway.


De camino al pueblo se pasa por el campo de baseball (hay partido los domingos y se reúnen gran parte de los habitantes de la isla), y la escuela. En el pueblo aprovechábamos a tomar algo y a comprar cosas para picotear.


Lo bueno de la situación, si es que hay algo bueno, es que, junto con otra pareja, éramos los únicos clientes del hotel. Se desvivieron por atendernos como a reinas y, entre otras cosas, nos bajaron el precio de la estancia.
Es una maravilla de hotel, que desde luego, no esperas encontrar en un sitio así y que descubrí por casualidad en mi visita con Jesús. Yo ,emocionada, le quería enseñar la playa más bonita de la isla y, sí, la playa estaba, pero habían construido este complejo. Sin dudarlo, es un hotel al que volveremos juntos. Con un precio caro para Nicaragua, pero barato en comparación a hoteles de categoría similar en otros países.
En general podemos decir que la estancia en la isla es todo relax, no existe el estrés ni las prisas, y eso nos encanta. ¡ Deseando poder volver, para disfrutarla de nuevo !



Si se regresa a Big Corn Island en la primera panga de la mañana, y se toma el vuelo a Managua de la hora de comer (antes, al menos, había), es posible aprovechar algunas horas para conocer alguna playa. Siempre he ido a la playa Arenas Beach, que es la más grande y de las más bonitas. Además hay un restaurante y zona de hamacas y cuando hace un día soleado el color del mar, también es espectacular. No es un mal plan para pasar las últimas horas en estas islas paradisíacas.
